Las
pasadas dos semanas han sido unas de sensibles pérdidas. La primera, la de Crimea al Sur de
Ucrania, representa no sólo la pérdida de una provincia importante para la
República de Ucrania --- un País independiente y soberano desde 1967, cuando
Nikita Kruschev la declaró parte de Ucrania, luego independizada a la
liquidación del Imperio Ruso de la Unión Soviética --- sino la ruptura
arbitraria y abusiva del Orden Internacional vigente. La fuerza bruta como razón suficiente, contra los principios
de ese Orden.
Un
zarpazo del Oso Ruso ha roto la progresión de la negociación y la diplomacia
como método de arribar a decisiones entre países soberanos. Se trata de un hecho consumado,
mediante el cual Vladimir Putin reclama el nuevo zarismo despótico para con su
pueblo --- ese es el sistema político ruso, no empece sus aguajes democráticos
eleccionarios y su capitalismo selectivo por parte de sus socios en la
plutocracia rusa.
Nadie
supone que la agresión de Putin es remediable o reversible. Nadie contempla una guerra por Crimea
en las estepas rusas. La respuesta
de Occidente --- Europa y los Estados Unidos --- será económica, en términos de
sanciones que duelan. Porque las
confrontaciones políticas en forma de guerras se han mudado a las confrontaciones
económicas y comerciales, y en ello Rusia es más vulnerable que Europa y América.
El
costo personal para Putin será, según pase el tiempo, más evidente, puesto que
ha destruido la noción de que es un líder serio con quien se podían concertar acuerdos
y entendidos de mutuo beneficio.
Al declararse descaradamente como un rufián oportunista y traicionero
--- del derecho internacional y de los acuerdos de Rusia con sus exrepúblicas
socialistas soviéticas --- su participación en futuros consensos en Europa y
Oriente Medio queda comprometida negativamente.
Me
resulta curioso, pero no sorpresivo que Putin haya encontrado en muchos
comentaristas publicose de Puerto Rico una acogida de héroe. Todo indica que el antiamericanismo litúrgico
de muchos aquí no reconoce límites o fronteras. Para ello cualquiera enemistad al Orden Internacional, si
toca de alguna manera negativa a los Estados Unidos, la constituyen en gesta
gloriosa, aunque su ejecutor sea un matón tiránico como Vladimir Putin.
La
segunda pérdida dramática que se confirma en los días y semanas que pasan es la
de los 239 pasajeros del avión Boeing de Tailandia. Toda la aeronáutica, las ciencias naturales, y el ingenio tecnológico
de China, Asia, Estados Unidos y Europa no han sido suficientes para descifrar
el misterio del avión y su carga humana.
Un atisbo de la falibilidad humana, aún en los albores del siglo 21.
Mañana
hablaremos de una tercera pérdida, la del exPresidente del gobierno español,
Adolfo Suárez.
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