Hay que
felicitar a los senadores Aníbal José Torres y Cirilo Tirado Delgado por sus
dos iniciativas reparadoras del saqueo increíble de fondos públicos a manos de
empleados públicos a cargo de administrar la justicia, por un lado, y por el
otro de servir fiel y eficazmente al pueblo que los distingue y los emplea,
como funcionarios y empleados de las instrumentalidades públicas. En este último caso se trata de
instituciones cuya gerencia ha perdido el rumbo del servicio público y ha
cedido a la presión irracional de los sindicatos laborales, de los mejor
pagados en todo el País sea por el
gobierno o por la empresa privada.
Se trata, además, de corporaciones públicas en quiebra, entre sí y para
el resto del gobierno.
Para
eso es la Legislatura, para ver lo que anda mal y corregirlo.
Propone,
con sobrada razón, el senador Cirilo Tirado, que la Oficina del Fiscal
Independiente, en virtud de su conocido record de partidismo y de conflictos de
intereses escandalosos, pase a formar parte de la Secretaría de Justicia. El propone una división allí --- otra
oficina burocrática--- para hacer el trabajo que se supone haga el FEI, sumido
como está este, desde hace años, en crudos conflictos de intereses como
“contratistas” de luxe con el resto del gobierno. Lo que hay que hacer es sencillamente eliminarla y que el
Secretario de Justicia organice un equipo de fiscales para realizar esa
función. Ya la jueza Anabelle Rodríguez,
cuando era Secretaria de Justicia, había propuesto lo mismo. El problema ético de estos jueces se
gotea.
¿Se
imagina el lector que los jueces de instancia o apelativos se ceben con
contratos políticos mientras
supuestamente hacen justicia a los señalados como corruptos cuando están al mismo
tiempo ordeñando al Estado?
Hasta
la fecha ambos partidos han tolerado esta norma moralmente estrafalaria. Es necesario ahora que a la brevedad
posible ambos partidos y el Gobernador declaren que ahora ven lo que antes no
habían visto.
El otro
proyecto, de la autoría del senador portavoz del PPD en el Senado, Aníbal José
Torres, es de inminente necesidad.
Es un proyecto de defensa propia del Estado --- por ello del pueblo ---
ante el atraco que poco a poco se ha ido tragando la prudencia y la moralidad
administrativa con unas gerencias, en las instrumentalidades públicas, que le
tienen miedo a los sindicatos y se le rinden de antemano a cambio de los dineros
del pueblo, hoy tan escasos. Esos
bonos inflados --- improcedentes --- de “tanto para ti y tanto para mí”,
representan una irresponsabilidad gerencial y una claudicación de
responsabilidad moral. Sencillamente mala mayordomía.
Estos
dos asuntos son tan claros y tan urgentes que debieran contar, desde ya, con el
endoso claro y firme del Gobernador antes que se apodere de ellos la demagogia
y la cobardía.
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