jueves, 13 de marzo de 2014

¿Victoria Decisiva, o Victoria Pírrica?


Durante el periodo de las guerras romanas en Macedonia, un connotado general romano “derrotó” --- según el uso convencional del vocablo --- al ejército del príncipe gobernante de la ciudad de Epirus, de nombre Pihrro.  Terminada la batalla, se contaron los muertos y demás perdidas de cada lado.  Resultado, a decir del propio general victorioso, que con otra “victoria así se perdería seguramente la guerra.  Desde entonces constituye un lugar común decir que hay victorias que sellan el destino de quien las obtiene y reclama.

¿A cual de esos dos géneros de “victoria” pertenece la obtenida por el Gobernador en el mercado de bonos en días recientes?  No hay duda de que se trata de un éxito que corona el esfuerzo de su equipo económico y financiero contra los obstáculos y mala prensa disociadora y desmoralizante.  El problema con ese “triunfo” es que deja a Jonás preso, en el vientre de la ballena.  Pero, ¿cuál era la alternativa si no se realizaba esa venta-préstamo en los límites mismos de la capacidad de pagar a los buitres de la especulación bonista?  Los adversarios partidistas del Gobernador no pueden ver nada bueno en su éxito.  Lo preferirían fracasado en el fondo del abismo --- y a Puerto Rico con él.  Pero, cada cosa es lo que es y no otra cosa, dijo el filósofo.

Los adversarios ideológicos --- los de los planes redondos y completos --- están inconsolables.  Porque otra vez se impuso el sentido común y el pragmatismo.

Una cosa es cierta, que explica su éxito allá y la sorpresa acá.  Y es que el Gobernador y su equipo le explicaron más y mejor a los potenciales compradores de los bonos allá que al pueblo de Puerto Rico acá.  Seguramente porque se trata de un problema complejo, y se duda de la capacidad del pueblo para entenderlo y respaldar las medidas adoptadas por el Gobernador.  Se trata de un error de liderato democrático, puesto que a la hora de los mameyes, como dice el jíbaro, es el entendimiento del pueblo el que puede contener la demagogia mendaz y de mala fe de la oposición ignorante en absoluto de lo que en verdad se trata.

Queda pendiente ante el País lo que ahora es necesario hacer para poder cumplir con la capacidad de pago de esa ingente deuda.  Los recaudos han aumentado.  La nueva legislación tributaria ha producido buenos frutos.  Queda mucho por ajustar porque hay mucho comprometido.  Pero tal esfuerzo y sacrificio es más viable si el Gobernador mejora su comunicación con el pueblo, no a base de frases sueltas y discontinuas, sino mediante una pedagogía política de articulaciones lógicas de pensamientos completos, sujetas también a una aceptación o negación articulada. 

Sin comunicación política explícita, continua, completa, la ignorancia y la perversidad de un adversario inescrupuloso llena los espacios vacíos y los silencios.

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