Durante
el periodo de las guerras romanas en Macedonia, un connotado general romano
“derrotó” --- según el uso convencional del vocablo --- al ejército del príncipe
gobernante de la ciudad de Epirus, de nombre Pihrro. Terminada la batalla, se contaron los muertos y demás
perdidas de cada lado. Resultado,
a decir del propio general victorioso, que con otra “victoria así se perdería
seguramente la guerra. Desde
entonces constituye un lugar común decir que hay victorias que sellan el
destino de quien las obtiene y reclama.
¿A cual
de esos dos géneros de “victoria” pertenece la obtenida por el Gobernador en el
mercado de bonos en días recientes?
No hay duda de que se trata de un éxito que corona el esfuerzo de su
equipo económico y financiero contra los obstáculos y mala prensa disociadora y
desmoralizante. El problema con
ese “triunfo” es que deja a Jonás preso, en el vientre de la ballena. Pero, ¿cuál era la alternativa si no se
realizaba esa venta-préstamo en los límites mismos de la capacidad de pagar a
los buitres de la especulación bonista?
Los adversarios partidistas del Gobernador no pueden ver nada bueno en
su éxito. Lo preferirían fracasado
en el fondo del abismo --- y a Puerto Rico con él. Pero, cada cosa es lo que es y no otra cosa, dijo el filósofo.
Los
adversarios ideológicos --- los de los planes redondos y completos --- están
inconsolables. Porque otra vez se
impuso el sentido común y el pragmatismo.
Una
cosa es cierta, que explica su éxito allá y la sorpresa acá. Y es que el Gobernador y su equipo le
explicaron más y mejor a los potenciales compradores de los bonos allá que al
pueblo de Puerto Rico acá.
Seguramente porque se trata de un problema complejo, y se duda de la capacidad del pueblo para
entenderlo y respaldar las medidas adoptadas por el Gobernador. Se trata de un error de liderato democrático,
puesto que a la hora de los mameyes, como dice el jíbaro, es el entendimiento
del pueblo el que puede contener la demagogia mendaz y de mala fe de la
oposición ignorante en absoluto de lo que en verdad se trata.
Queda
pendiente ante el País lo que ahora es necesario hacer para poder cumplir con
la capacidad de pago de esa ingente deuda. Los recaudos han aumentado. La nueva legislación tributaria ha producido buenos
frutos. Queda mucho por ajustar
porque hay mucho comprometido.
Pero tal esfuerzo y sacrificio es más viable si el Gobernador mejora su
comunicación con el pueblo, no a base de frases sueltas y discontinuas, sino
mediante una pedagogía política de articulaciones lógicas de pensamientos
completos, sujetas también a una aceptación o negación articulada.
Sin
comunicación política explícita, continua, completa, la ignorancia y la
perversidad de un adversario inescrupuloso llena los espacios vacíos y los
silencios.
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