lunes, 15 de abril de 2013

Benny Frankie Cerezo: A Veces Adversario, Nunca Enemigo


En uno de los libros olvidados de Don José Ortega y Gasset, del primer tercio del siglo pasado, el pensador español establecía las condiciones para la funcionalidad de cualquier sociedad civilizada.  Ello consistía en el reconocimiento de las dos vertientes de la vida social y política que permitirían las diferencias y los consensos.  El libro que establecía con claridad mediterránea esa distinción Ortega lo tituló Libertad y Concordia.

Su tesis básica era por demás sencilla, aunque no simple.  Consistía en distinguir las áreas de polémicas, diferencias, confrontaciones, de ideas e intereses, de las áreas que en sus valores fundamentales constituían el sustrato fundamental de concordia que en su gravedad valorativa se imponía sobre los conflictos superficiales de la discordia.  Esto es, el consenso por encima de las diferencias.

Reflexionando en el día de hoy sobre la partida de Benny Frankie Cerezo, han vuelto a mi memoria aquellas reflexiones orteguianas.  Porque la democracia supone confrontación de adversarios, pero aborrece como destructivas las enemistades torpes que obstaculizan los consensos, sin los cuales la democracia se convierte en algarabía o en guerra civil, de odios pueriles y destructivos.

He repensado en el día de hoy la encarnación de esas ideas y actitudes en la relación que me unió a Benny Frankie --- en televisión, prensa, radio y ruedo político --- por espacio de 46 años, como compañeros en la búsqueda, por rutas alternas o coincidencias situacionales, del Bien Común del pueblo puertorriqueño.

Dos cosas tengo que destacar a la hora de despedir al amigo de siempre, al adversario ocasional, y al patriota de motivaciones limpias y altas --- al costo de acomodos pasajeros --- que como yo, entramos y salimos de los partidos, pero nunca “pertenecimos”, esto es, nunca fuimos propiedad de nadie que nos inhibiera el pensamiento libre, tan incómodo para los políticos de oficio.

Tanto Benny como yo supimos servirle bien a los partidos mientras creíamos en ellos, y enjuiciarlos cuando se convirtieron en maquinarias implacables para el continuismo y la corrupción, amparando mediocridades que avergüenzan el buen sentido del pueblo.

Los políticos y los que aspiran a ser portavoces del pueblo, se pierden o se salvan cuando se hacen concretas sus motivaciones. ¿A qué van a la vida pública? En el caso de Benny eso siempre estuvo claro: fue a servir, como él lo entendió.  Lo demás es servirse, es corrupción, de la persona y del Estado.

Como en el caso de su distinguida esposa, hoy viuda, Carmen Consuelo Vargas, mi entrañable amiga y antigua discípula, la respuesta a esa pregunta es clara: fueron los dos, a la vida pública a servir, y servir bien.

3 comentarios:

  1. Excelente como siempre. Honor a quien honor merece.

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  2. Muy elocuente como siempre y diciendo la verdad sin miedo a perder posiciones politicas si no favorecen al estado. Eres grande, como lo fue nuestro amigo Benny Frankie Cerezo que quedara como parte del orgullo de nuestra historia.

    Francisco Renta Quiñones (hijo de Ponce viviendo en Miami)
    Francisco.Renta@gmail.com

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  3. Muchas gracias por tus palabras de estímulo. Satisface saber que allende nuestros mares buenos puertorriqueños leen y entienden.

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