Las
formas civilizadas de Occidente nos llegan desde la Grecia del Siglo V antes de
Cristo. Civilización, polis ---
comunidad civil --- política, son extensiones y adaptaciones del pensamiento
racional y social de los griegos, especialmente de los atenienses. Roma se nutrió de esa herencia, y le añadió
el Derecho y la administración pública, republicana primero e imperial después,
hasta su agotamiento casi un milenio después que Sócrates, Platón y Aristóteles
enseñaron a Occidente a pensar.
Lo que
vino después fue la noche negrísima del feudalismo católico romano, adornado en
su última fase por la Inquisición, que pretendía convencer a los supuestos
pecadores quemándolos por las más triviales razones, o sinrazones más bien. No en balde el Renacimiento se llamó a
sí mismo --- como estructura de pensamiento teórico y práctico --- retorno a
los clásicos seculares de Grecia, sobre todo, aunque también a la primera etapa
de cultura romana --- la fase republicana.
Hoy, la
crisis económica y fiscal que viven las naciones al entrar al siglo XXI, en
cuanto a sucesión histórica, arranca también como negativo ejemplo luminoso de
la vieja Grecia, que anda, como Puerto Rico, dando tumbos, y por las mismas
razones, como veremos. ¿Qué ha
ocurrido, allá y acá?
Lo que
ha ocurrido es que la sociedad liberal --- que en cuanto a libertades
personales es la cumbre del desarrollo político y social --- está fracasada,
porque los supuestos y premisas de su ideología han resultado, y lo eran desde
principios de su formulación a fines del Siglo XVII en Inglaterra,
sencillamente falsos. ¿Cuáles eran
esas premisas y supuestos?
El
Estado liberal que formuló John Locke en Inglaterra y un siglo más tarde
adoptaron Jefferson y Madison, suponía que el orden social lo establecieran,
por consenso racional, los individuos que entraron para ello en el contrato político
para crear un Estado para velar
por el orden público, hacer valer los contratos en que entraban, y
defender la nación contra el ataque externo.
Esa teoría
no tiene más que un defecto: es
falsa. Las unidades del sistema no
son los individuos, sino los grupos de interés, corporaciones económicas,
religiosas y sociales, y sus múltiples combinaciones para evitar precisamente
que los individuos afecten sus intereses y poderes.
De
Atenas a San Juan hemos visto en estos días la misma película, que más que
historia es tragedia. ¿Cómo así? Porque la impotencia de los gobiernos democráticos
liberales para controlar las oligarquías económicas ha producido un tipo de
legislación social dirigida a la justicia social para las masas, pobres y
medianas, hasta llamarse a sí mismo Estado “providencial”, de bienestar,
financiado por las onerosas contribuciones que se le imponen a la clase media y
las miserables que le imponen a la oligarquía poderosa. Lo primero para excusar lo
segundo. Cuando ese proceso queda
viciado por la voracidad insaciable de la oligarquía, el Estado tiene que
ampliar su ámbito de acción social reparadora, hasta los excesos, mientras los
excesos de la oligarquía financiera conduce a los gobiernos democráticos a la parálisis, en cuyo caso tiene que
dar marcha atrás a la justicia para los muchos, porque los pocos ricos no
tienen el problema que tienen los políticos, que dependen de las masas, y se
niegan a contribuir al costo social a un nivel decente y suficiente para salir
de la crisis.
El
Partido Republicano de los Estados Unidos es modelo irracional de esa
aberración, y el patrón se repite en Puerto Rico, porque nuestros ricos --- y
nuestros políticos --- responden a la misma enfermedad: que los pobres y los medianos paguen
porque a fin de cuentas las campañas políticas en este tipo de democracia no
tienen nada que ver con la verdad, sino con los votos, y para eso están las
agencias de publicidad.
http://sincomillas.com/2013/03/pacto-o-armisticio/#comments
ResponderEliminarTaxes are the price we pay for civilization.
Así pues, en la ausencia del estado y de los impuestos lo que tenemos es el estado de naturaleza de Hobbes donde la vida es "solitary, poor, nasty, brutish, and short."
No importa como se baraje, el problema económico de Puerto Rico es un problema fiscal. Los estadistas -- que no es el PNP ni se diga --sugieren completar la Unión Fiscal con los Estados Unidos que es equivalente a la incorporación. La Unión fiscal gravaría los impuestos de las clases altas, ampliaría la base contributiva, simplificaría la labor de fiscalización del Departamento de Hacienda, permitiría una reducción drástica de las tasas impositivas e introduciría $1000 millones a la economía de Puerto Rico a través del federal earned income tax credit a la vez que se le daría un poderoso incentivo al factor trabajo que tan gravado está.
El profesor Gutiérrez busca resolver el problema dentro de los parámetros de la colonia: Sustituir el IVU por el IVA (Impuesto de valor añadido or Value added tax) y sugiere que el IVA es la onda del futuro incluso en los Estados Unidos.
La objeción al IVA en los Estados Unidos viene por parte de los dos partido nacionales: Los demócratas se oponen porque es un impuesto regresivo (algo que a los nuevos populares poco en su afán de buscarle mas y mas exenciones contributivas al capital poco les importa) mientras que por otro lado los republicanos objetan porque el IVA genera demasiado dinero y crea la posibilidad de convertir la economía de los Estados Unidos en otra Europa.
Con respecto a ese debate Larry Summers dice que el día en que los demócratas se den cuenta de la capacidad de generar ingresos del IVA y los republicanos de la naturaleza regresiva del impuesto, las objeciones al IVA se desvanecerán.
En el contexto de la globalización y la crisis fiscal de los Estados Unidos es muy posible que el Profesor Gutiérrez tenga razón y algún día se establezca el IVA en los Estados Unidos.
De ocurrir eso, Puerto Rico entraría de lleno al sistema contributiva de los Estados Unidos y entonces no habrá ningún impedimento de tipo fiscal para la estadidad.
Mientras tanto, el Profesor Gutiérrez reconoce el desastre de la supuesta autonomía fiscal y sugiere que se eliminen las contribuciones sobre ingresos de Puerto Rico y se adopte el IVA.
Ese cambio puede servir como un experimento más en los Estados Unidos y contribuir a que se adopte en los Estados Unidos de la misma manera que se experimento con la teoría del supply side economics en Puerto Rico antes de que Ronald Reagan la llevara al plano nacional.
Si en Puerto Rico hubiese un partido estadista de verdad, en vez de una carpa azul para el lavado de dinero, se estaría trabajando por la primera opción. Pero lo que hay en Puerto Rico son dos partidos coloniales al servicio de los grandes intereses del capital y de las 100 familias. Es por ello que no se trabaja ni en la primera opción ni en la del Profesor Gutiérrez.