jueves, 4 de julio de 2013

En Tierra de Faraones…


Los acontecimientos en Egipto estremecen la esperanza de que ese país, tan importante en el desenvolvimiento económico y político del Mediano Oriente, pudiera dar el salto a la modernidad democrática como aliado de las democracias europeas y la política de democratización de los Estados Unidos en aquella parte del mundo.

Dos alusiones literarias clásicas me vienen a la mente frente al aparente proceso de regresión autoritaria y militarista anunciada durante el día de hoy.  La primera es la del filósofo inglés de mediados del siglo 19, John Stuart Mill, mediante su libro, un clásico de la teoría política, El Gobierno Representativo.  Hay que tener calma, decía, con los países de Asia y África, incluyendo el Oriente Medio, que simpatizan y aspiran a la democracia representativa, pero su historia y cultura no le permiten dar el salto del  despotismo, o el autoritarismo hereditario, a la ideología libertaria, a partir de la persona humana individual.  Ensayarán el cambio, pero muchas veces fallarán en darle continuidad, y la peripecia es larga.

La otra alusión, epigramática, es la del poeta inglés John Keats: “West is West, and East is East, and they shall never meet”.

A partir de los faraones, como en Rusia a partir de los zares, el pasado pesa demasiado.  Porque esperar en Egipto que un gobierno dirigido por la Hermandad Musulmana se abriera a la democracia, las libertades personales y civiles, y la convivencia de grupos disidentes con la autoridad del momento, es pedirle peras al olmo.  Es como pedirle a la Iglesia Católica que establezca una comunidad democrática en su feligresía, o a los fundamentalistas religiosos que adopten el método científico.

Así que habrán muchos retrocesos en Egipto y en todos esos herederos de persas y babilonios, antes de estabilizar el hábito democrático con convicción confiable.

El ejército egipcio lo que ha hecho es evitar el baño de sangre, hasta que un día la fórmula democrática alcance un status de consenso valorativo.  Mientras tanto, manga ancha para juzgar sus retrocesos.

1 comentario:

  1. ¿Nunca cambiarán? Pues, ¿para qué escogen gobernantes, si tan pronto no están de acuerdo con algo, los sacan con el ejército? Nunca van a desarrolar una cultura democrática. A tener paciencia y tolerancia con ellos pero que ellos también la tengan con los demás,

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