Cuando
creíamos que ya se habían completado los engaños, incumplimientos en la
Legislatura del PPD, nos sorprende de sopetón la ocurrencia del Presidente de
la Cámara para burlar todos los compromisos de su partido para adecentar la
función legislativa en su aspecto de costos.
Burlada
la reforma legislativa --- incumplimiento descarado --- el ingenio cínico de
Jaime Perelló rompe todos los récords de avaricia y afrentamiento --- realmente
de prostitución económica --- frescamente, delante del pueblo, al asignarle a
cada legislador $900 dólares adicionales por supuestos gastos incurridos en el
cumplimiento de su deber. Eso
además de los 73 mil dólares de sueldo básico, más 35% de esos 73 mil en actividades lucrativas fuera del
capitolio. Sume el lector: 73 mil
más el 35% de esos 73 mil ($25,500), y ahora $10,800 más, para un gran total de
$109,300 dólares por el sacrificio de deambular por el capitolio jugando el
papel de honorables.
Todo
eso frente a una sociedad en ruinas.
Se trata de una crisis moral y de un suicidio político, a beneficio de
un partido perverso y corrupto, y de un pueblo sin alternativas.
¿Cómo
ha sido posible esta debacle moral?
Ha sido posible por la fuerza de cara de un presidente cameral sin
brújula moral, que todavía está pagando por los votos que lo llevaron a esa
presidencia.
La
fuerza del boxeador está en los brazos, en sus puños, la del luchador en su
torso, la del corredor en sus piernas, la del político marrullero en su fuerza
de cara.
El
pueblo mira a ese espectáculo de prostitución política claramente anonadado, y
se pregunta: ¿Dónde está el
gobernador, y dónde está el Presidente del Partido Popular, custodio de su
honra?
Se
trata de un voto de prostitución, Perelló --- y toda esa Cámara, con muy pocas
y valerosas excepciones --- han hecho lo que en mis años de adolescente en Bayamón
llamábamos “meterse a la vida”.
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