La
generalidad de las personas --- políticos
y votantes --- creen que la democracia es un mecanismo aritmético, de mayorías
y minorías. Eso les basta para
respaldar o atacar la conducta de los gobiernos así establecidos. Cuando sus expectativas no se cumplen,
o cambian al otro partido o despotrican contra la democracia.
Un poco
de reflexión bastaría para darse cuenta que la aritmética del día de las elecciones,
aunque necesaria y válida para legitimar la decisión del pueblo votante, no es
ni de lejos suficiente para asegurar que se ha contraído, con seriedad y
honestidad, un compromiso moral que afecta toda la urdimbre de la vida social, económica
y política. ¿Qué faltaría, más allá
y más acá del conteo aritmético de los votos?
Faltaría
la conciencia compartida, por unos y otros, de que el consenso de valores que
llevan a un grupo de políticos al poder no está dado de antemano en el ruedo político
democrático. Ese consenso de
valores, programas, aspiraciones que representan las aspiraciones operantes del
pueblo, tiene que ser el producto de una discusión amplia, honesta, veraz, que
como proceso construye la visión de futuro sobre la cual gira toda política democrática. Sin aprecio y respeto a ese proceso, el
producto electoral resulta mecánico, pedestre, vacío de contenido moral
relevante a las necesidades del pueblo, que de buena fe entonces habrá votado a
ciegas, por hábito, simpatía superficial, intereses mezquinos o engatusamiento
publicitario.
En la
agenda social y pública puertorriqueña de los días que corren, podemos enumerar
cuatro renglones a los que podemos aplicar las distinciones del esquema analítico
que aquí propongo: la economía, la
salud, la educación y la seguridad.
Pospongamos para otra ocasión la economía y la salud, y fijémonos en la
educación y la seguridad, al momento de iniciarse la sindicatura federal de la Policía,
e iniciarse en las próximas semanas el nuevo curso escolar.
Tanto
el policía que interviene, para lo que sea, con un ciudadano, como el maestro a
cargo de veinte o treinta niños, en el primer caso para aplicar la ley o
imponer el orden y el segundo caso para “educar” a una persona juvenil o
adolescente, pueden hacerlo de dos maneras. O como autoridad que impone la ley o la ordenanza, porque
sí, porque él lo dice, en el caso del policía, o en el caso del maestro porque
supuestamente él sabe y el niño no, por lo que su autoridad imparte direcciones
y asigna tareas, porque sí, porque él lo dice.
Ese es
el paradigma vigente en nuestra sociedad en las relaciones del ciudadano con la
policía y del estudiante con el maestro, autoridad o violencia en el primer
caso, y autoridad y castigo en la evaluación, en el segundo. A menos que el ciudadano se humille,
sumiso, y el estudiante niegue su voluntad y se acoja a “la muerte temprana” de
su espíritu, como llamó a ese proceso Jonathan Kozol hace muchos años.
Cada
producto --- en seguridad pública o en educación pública --- responde a su
correspondiente proceso: ordenes
secas en la policía, instrucción pasiva y autoritaria en educación. La Policía se gobierna mediante órdenes,
y Educación mediante circulares.
Ambos métodos --- o procesos viciados --- representan las antípodas de
lo que es una relación saludable del gobierno y policía, policía y ciudadano,
por un lado, y por el otro la relación del Departamento de Educación con las escuelas, los maestros, los
estudiantes y los padres. Se trata
de la educación por circulares, a años luz de la reflexión, la discusión, la
problemática compartida que es proceso de comunicación respetuoso entre todos
los componentes.
Como
afirmé al principio, la democracia es mucho más que aritmética de votos.
El miedo a la libertad del que habla Eric Fromm. Miedo a asumir posiciones, a tomar riesgos para no asumir responsabilidades. Que lo haga otro, y si sale bien o mal no es mi problema. ¿Cuándo aprenderemos a ser libres? Cuando asumamos posiciones, tomemos riesgos y asumamos responsabilidades. El sistema en casos particulares lo ha intentado, pero como no es la norma, no se establece como regla no escrita.
ResponderEliminarProfe, creo que se refiere a Jonathan Kozol (Death at an Early Age)...no? Aunque el punto es el mismo!
ResponderEliminarGracias por la correción. Escribí de memoria, mala memoria.
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