viernes, 17 de agosto de 2012

¡Cuando se Cruzan la Sarna del Poder y la Ignorancia Oficial!

La ofensiva de Luis Fortuño y su mafia --- su legislatura, sus jueces, su Contralor Electoral, su Secretario de Justicia --- para darse toallazos a sí mismos, que ofusquen la atención pública sobre el asunto principal que sufre el País: su mendacidad, cinismo e incompetencia, exhibe ante el País una combinación funesta de demagogia, ignorancia y maldad sustentada por el poder.

Las enmiendas que consideramos el domingo --- la que pide llamarle asesinos a los meramente acusados para encarcelarlos, inocentes o culpables que sean --- y la que reduce el número de legisladores sin tocar el patrón de corrupción que viven, muchos o pocos, y que también le quita representación al pueblo, no tienen, ninguna de las dos, nada que ver con las siete agresiones que Fortuño le ha impuesto al País desde el 2 de enero del 2009.

Esas dos enmiendas, que desmochan nuestra Constitución, no tienen nada que ver ni con la criminalidad ni con la masiva corrupción de sus legisladores PNP.  Son una compra de tiempo y atención para que el País no lo someta a juicio sobre la obra destructiva de instituciones y valores de la vida pública puertorriqueña, a saber: 

1.     Destrucción del Colegio de Abogados como institución revestida de funciones y servicios públicos;
2.     Ocupación partidista de todos los niveles de la Judicatura del País, obra de muchas décadas si no de siglos;
3.     Desmantelamiento de la Universidad de Puerto Rico, la institución cultural pública más transformadora de la vida puertorriqueña del siglo 20.  Se le niegan sus dineros, se le despoja de propiedades valiosas para cumplir su función, y se rellena su Junta de Gobierno con politicastros serviles;
4.     Se desmantela la economía de empleos industriales y públicos.  La cosa empezó con Rosselló, Romero y Fortuño en 1998 cuando destruyeron la Sección 936, porque hacía improbable la estadidad.  Ha continuado con la Ley 7, que despidió 30 mil servidores públicos más, y ha culminado con la venta --- esa es su privatización de haberes públicos valiosos:  carreteras, peajes, aeropuerto, y ahora va a la caza del Centro Médico para venderlo;
5.     Destruyeron la Administración de Comunidades Especiales, y la de la vejez para ponerlas en manos de tarugos partidistas, y de alcaldes desarrollistas como Héctor O’Neill;
6.     Han destartalado el Código Penal, para asegurarse que no haya libertad de expresión pública contra sus desmanes; y
7.     Acaban de utilizar al verdugo electoral de la Comisión Estatal de Elecciones para tratar de impedir la expresión de ideas opuestas al aparato fascista de Fortuño.

La lista de fechorías es larga, sin contar los incumplimientos: luz, agua, seguridad de empleo, servicios de salud decentes.  “Mi Salud” es indecente, un embuste.

Por eso he dicho: la fianza no es la fianza, ni la reducción del número de impostores en la legislatura es lo que dicen que es.  Todo eso tiene nombre y apellido: es Luis Fortuño, el paquetero, el fraude, el farsante.

A eso, y a él, es que repudiaremos el domingo, con un NO y NO.  Que voten que sí los timoratos, los chupópteros, los oportunistas y los cabilderos de siempre sin distinción de partidos.

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