martes, 7 de agosto de 2012

Explotó el Ku Klux Klan en el PNP

El racismo en Puerto Rico existe a flor de piel.  Pero se niega, consistentemente, por precisamente aquellos que lo consideran natural, en una mezcla histórica de etnias como la nuestra.  Pero muchos de los que la practican, por prudencia lo niegan, mientras son vectores del problema de forma inconsciente.

El fenómeno, la actitud, abunda y es como “natural” en la supuesta clase alta, que lo es sólo en el sentido económico.  Es una clase inculta, finoda más que fina, que apenas se plantea el racismo como problema, y menos mirando hacia dentro de sí misma.

La clase media, que es más educada, representa, profesional y técnicamente hablando la igualdad en todos los renglones de la vida social.  Para los pobres, el racismo es un tópico, una cháchara más en la cultura del relajo y la guasa.  Sufren el racismo de las Cucusas y la Heidi Wys de la vida sin percatarse siquiera.

La clase supuestamente alta no se hace la pregunta que Fortunato Vizcarrondo dejó como encargo:  “y tu abuela, ¿dónde está?”

La clase media, que es una clase combatiente, por espacio, movilidad y protagonismo socio-económico, guarda bien la ropa del racismo.  Pero tan pronto se ve retada en su comodidad política --- especialmente cuando junta su ignorancia con el poder o apariencia de poder --- se va en brote racista como defensa ante amenazas de perder sus posiciones y sinecuras.

Ese es el caso de lo que se respira en la Cámara de Representantes bajo la dirección de Jennifer González --- que no sabe ni dirigirse ella misma, y mucho menos al Club de Mujeres Incívicas que ha reunido para protegerla.

Ese Club es un “Comité de Odio”, como el que existía en Fortaleza bajo Carlos Romero Barceló.  Las líderes de este comité de odio son Cucusa Hernández y Heidi Wys.  La primera actúa como perra de presa, para insultar a todo el que dude de la excelencia del PNP, Fortuño y Jennifer.  Hace unos días la escuché por radio diciéndole “criminal” al arzobispo Torres Gonzáles, y a la poeta Elsa Tió, por apreciar el buen sentido puertorriqueñista del primero, en la honrosa tradición del Obispo Arizmendi.  La otra ha debutado en la palestra pública como adalid del racismo, insultando al Presidente Obama y su señora con el mejor producto de su odio racial.  El caso prueba que no se puede confundir el exceso de protoplasma con la suficiencia de neuronas.

Ya doña Cucusa había estrenado el tema, debutando como racista contra el distinguido abogado y candidato a Comisionado Residente por el PPD --- Rafael Cox Alomar --- al ensayar una “gracia” analógica con el personaje de Yuyo.  Las dos damas incívicas respiran frustración, resentimiento, complejos defensivos que nacen de la mala conciencia de que el País conoce sus valores y los repudia, como damas “torcidas”, en el léxico de Tomás Rivera Schatz.

Ahora bien, estas dos practicantes de la guerra sucia no se explican por sí mismas.  Se explican porque Jenniffer González las protege.  Esta señora “Speaker” se niega a tomar acción contra sus protegidas mediante contratos que le apean al País más de $600,000 dólares por cuatrienio, porque diz que esas son conductas “personales”.  Lo mismo ha pretendido cuando empleadas suyas han violado la ley electoral cometiendo fraude en las primarias de Guaynabo.  Ese es un código de ética privado, cómodo, amoral, porque en base a esa torpe excusa, mañana un empleado suyo pudiera cometer un asesinato y la speaker orondamente reclamar que es un asunto privado entre el asesino y la victima.  Oh, boy! como hubiese dicho un buen hidalgo español.

La ética, la moral, la ley, son especies en peligro de extinción en el Cuarto Reich de Fortuño, Rivera Schatz y Jennifer González.

La explosión del racismo en la Cámara --- dos episodios en cuestión de días --- hace recordar la filosofía blancucina del Ku Klux Klan que Estados Unidos ha dejado atrás.  Hay bolsillos de racismo  en Puerto Rico que hay que limpiar aún.  Mientras la Cucusa y la Wys ostenten funciones públicas, pagadas por el pueblo, insultan al pueblo y pintan a cuerpo entero al gobierno que las protege.

4 comentarios:

  1. Distinguido profesor, creo que el que salga a la luz toda la podredumbre, ayuda a reconocerla. Esto, viendolo desde un punto positivo. No cree?

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  2. Y que se puede esperar de JGO una tipa que le hizo un homenaje al terrorista Julito Labatut. . .

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  3. Mi distinguido profesor, usted tiene toda la razón en lo que dice, pero es que la culpa no solamente es de la porquería de políticos ni sus asesores, es del pueblo, la gente de este bendito país que votan por fanatismo. No analizan a cada uno de los candidatos en sus ejecutorias políticas, personales y civiles, y no los analizan porque lamentablemente nuestro pueblo no esta adecuadamente educado. La educación que nuestro pueblo recibe es de mala calidad. No los enseñan a pensar ni a analizar, solamente a creer y a repetir lo que les dicen. A través de una mala educación nuestro pueblo está condenado a no progresar, a no revelarse, a destruir su cultura y su identidad. "Un pueblo educado es un pueblo revelado".

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