Ahora
bien, aquella ratería en grande tuvo consecuencias legales. El propio Rosselló, beneficiario político
de toda aquella corrupción, pudo negar con éxito la autoría de las fechorías de
sus mandaderos, con la frase hipócrita de que “yo no lo sabía”. Tuvo éxito en ello porque su celestina,
Álvaro Cifuentes, lo arregló todo para protegerlo y para que pudiera reclamar
inocencia. Sin embargo, los trámites
legales lograron encarcelar a más de 40 de aquellos bribones, porque la
corrupción habida era “ilegal”.
Ello apunta hacia una radical diferencia del mundo de Luis Fortuño,
donde la corrupción nace y se extiende legalizada, contractual, a nombre de
falsas “emergencias”, avalada por bufetes mercenarios y presidida por un
leguleyo corporativo “legit”, como decían los padrinos de la mafia neoyorquina
del pasado siglo.
Contra
la corrupción ilegal de Rosselló se podía ir a la corte, porque todavía habían
cortes y jueces íntegros. Hoy no
vale la pena, ni tan siquiera el costo de los papeles, porque el leguleyo de
Fortaleza lo ha arreglado todo de antemano, “legalmente” en apariencia y en
realidad institucional, la de su “nuevo orden” para recordar a Adolfo Hitler.
Dijo Fortuño de Rosselló en el 2008: "!Es un Cáncer!" Podrá decir hoy Rosselló de Fortuño: "!Es pura lepra!"
Sr. José Arsenio Torres y que usted tiene que decir del vídeo que le tomaron a usted utilizando el vehículo oficial para transportar y venderle plátanos a la agencia que usted dirigía? Pregunto yo verdad!
ResponderEliminarMire señor, ya yo digerí aquellos plátanos, mientras usted claramente los tiene atravesados entre su ignorancia y su mala fe. No ocupe un espacio tan preciado como este para ventear estupideces politiqueras. Sáquese ese plátano de donde lo tiene atravesado. Su estupidez consiste en que yo tenía derecho de transportar lo que me diera la gana en mi automóvil oficial según los reglamentos del gobierno, y así se aclaró en aquella ocasión. Si usted supiera de lo que está hablando, no diría tantas tonterías 17 años después de la politiqueria original de Nicolás Nogueras y Renán Soto.
ResponderEliminarMuy bien dicho.Ese debe ser del combo Robellista , de esos que lo que Robello hizo le llaman "obra" y que ahora esas "obras" nos tienen en la quiebra. !@ Robello comenzó y Fortuño firmó la legalización de los actos corruptos.
Eliminar