miércoles, 29 de agosto de 2012

Ricky Rosselló y Rafael Hernández Colón: El Régimen de los Señoritos


Todo el espectáculo montado por las autoridades universitarias para justificar la sinecura ---prebenda oficial a quien no la merece --- a Ricky Rosselló, confirma una vez más la podredumbre moral del régimen de Luis Fortuño.  Se trata de una ristra de mentiras que fluye desde la presidencia --- la no presidencia --- de la Universidad hasta los nuevos personeros del PNP del Recinto de Ciencias Médicas para justificar un nombramiento académico regular a un diletante, principiante de la ciencia biológica.  Los detalles huelgan, porque la prensa ha documentado los procedimientos apócrifos seguidos para justificar este insulto a los claustros universitarios. 

No hay dinero, se alega, para cubrir las plazas vacantes en todas las materias.  Los derechos de los cualificados se saltan para perpetuar otra rossellada.  ¡Ah, quien lo hereda no lo hurta!  Pasamos de la pensión corrupta del padre al nombramiento corrupto del hijo. Ahí se demuestra la marca de fábrica:  pensión por robo, nombramiento por úcase.

Mientras tanto, escasean los cursos para los estudiantes y profesores bona-fide de la Universidad.  Se aducen causas de escasez económica, mientras el pudor está de vacaciones en la alta administración de la Universidad, porque cayó, como el Supremo y todo lo demás, en “el banquete total” que anunció De Castro Font y realiza inescrupulosamente Luis Fortuño.

La prensa anuncia hoy que en la propia Fortaleza han atornillado a más de 40 alicates políticos en plazas permanentes, anunciando su propia derrota desde ya, pero con la intención de negarle al próximo gobernador su propia gente de confianza.  El golpe politiquero es ilegal, y así tendrán que confirmarlo lo que quede de las cortes para el 2 de enero próximo.

Estos hechos sórdidos confirman mis advertencias en los pasados dos escritos:  una, que vivimos los meses más peligrosos de nuestra historia moderna, porque esta mafia fortuñista no tiene sentido de límites, que es la esencia del gobierno constitucional. ¿Y la otra?  La reducción del gobierno al partido.  La mafia al mando.

Suficiente sobre el señorito Rosselló y las implicaciones de su arrivismo.  Pasemos al otro señorito engreído, Rafael Hernández Colón, Duque de la Mermelada y Marqués de la Paja.  Porque escribió hoy una columna en El Nuevo Día, supuestamente defendiendo un juicio justo para Pablo Casellas.  Con eso no hay problema.  Todos deseamos un juicio justo para este ciudadano.  Y afirma RHC que no se puede negar la “presunción de inocencia”.

Pero, suponga el lector que a este ciudadano se le hubiese acusado de asesinato bajo la doctrina draconiana de Luis Fortuño y RHC de que se le negara la fianza, ¿dónde queda la presunción de inocencia y juicio justo por las que lagrimea hipócritamente en su escrito RHC?

La única razón para ese escrito hipócrita de RHC es la amistad de muchas décadas con el padre de Pablo Casellas, amistad que a mí me une también a mi admirado amigo.  En otras palabras, no escribe por la verdad --- la que sea --- sino por la amistad.  Y eso es importante porque la amistad sincera y fiel es una de las más nobles virtudes humanas.  Sin embargo, como le dijo Aristóteles a un seguidor de Platón sobre porqué refutaba sus ideas: “soy amigo de Platón, pero más amigo de la verdad”.

¿Cuál es la verdad en este caso?  Yo no sé.  Ojalá sea la que alega Pablo Casellas.  Lo que no se puede pretender, sin embargo, es la moralidad jurídica de un juicio justo y presunción de inocencia cuando a menos de dos semanas le negó con su voto a ciertos acusados --- de asesinato, como es este el caso – el derecho a la fianza, lo que anula la presunción de inocencia y un juicio justo que ahora simula defender.  O se hace rolos RHC, o se hace papelillos.  La cuenta de banco ética de RHC no da para otra cosa.

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