El caso
que devela este fraude envuelve el brazo administrativo del desarrollo económico,
AFI, cuyo Presidente de la Junta de Directores es José Ortiz, que ejerce igual función
en la podrida AEE, tanto como funge de Director Ejecutivo de la AAA. Por comparación, Leonardo Da Vinci era
un bobo. Ortiz exhibe una
arrogancia que sólo es superada por su incompetencia --- sin producir nada --- ya
que la promesa suya y de Fortuño de bajar el costo de la luz y del agua se ha
convertido en dramáticos aumentos.
En este
último escándalo, que envuelve directamente a Luis Fortuño y su Comité, dan el
frente los Nevares mentaos, a través de su bufete, tomándose atribuciones que
pertenecen a la AFI misma.
La
confianza de estos Nevares es tan absoluta de que no hay límites a la impunidad
en el mundo que dirige Fortuño, que se toman atribuciones oficiales y confunden
el Comité Fortuño con la agencia, AFI.
Da lo mismo, porque el gobierno trabaja para el partido y el partido
para el gobierno.
La
arrogancia los lleva a la estupidez de poner su extorsión por escrito. Si hubiera Secretario de Justicia, que
no lo hay, ya este escándalo estaría en Fiscalía. Pero sueño despierto.
En la
misma edición del periódico, reaparecen otros personajes de la casa, de Luis
Fortuño, entre ellos el notorio Ray Chacón, a quien Fortuño le otorgó 12
millones para construir los tubos del gasoducto, y en agosto pasado le concedió
otros 21.4 millones para producir energía que extraería de los rellenos
sanitarios, desde el 2011, y no ha producido energía ni para sostener un quinqué,
por 49 millones y medio que José Ortiz, Fortuño y la claque corrupta de la AEE
le han regalado al compañerito de Marista del Gobernador.
Estos
tres meses, hasta el 6 de noviembre, son los más peligrosos de nuestra
historia. Contados los votos, a
esta pandilla de saqueadores se le deben quitar las llaves de las oficinas, no
sea que repita lo que hicieron Manuel Díaz Saldaña, Xenia Vélez, Xavier Romeu, Poto
Paniagua y Cheo Madera con el PRIF en las últimas horas del rossellato del año
2000, donde le robaron al pueblo, y se repartieron entre sí, cientos de
millones. En el caso de Fortuño
han comenzado más temprano. Todo
ello, sin Secretario de Justicia, sin tribunales independientes, sólo el pueblo
y parte de la prensa en alarma cotidiana.
Mientras tanto, Fortuño ha sobornado, con dinero público, a parte de la
prensa escrita y sus llamados analistas, con la noble excepción de Eudaldo Báez
Galib. Lo que queda es
pueblo: aturdido, incrédulo
ante lo que observa.
Este
caso Fortuño-Nevares-Camacho representa la sublimación de la corrupción oficial
y partidista. ¿Se trata de una
infame culminación, o de un prólogo?
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