¿Se
acuerda el lector de José Luis González, nuestro escritor y cuentista
“mejicano”? En uno de sus mejores
cuentos nos habla de un negrito del Caño que se embelesaba mirando las aguas
sucias en que ubicaba su casita.
Miraba y veía en el fondo del caño un negrito, y no se daba cuenta de
que era él, reflejado en el agua.
Cuando
se habla de fraude electoral en Puerto Rico, estamos hablando de Edwin Mundo,
el especialista en esa materia que Luis Fortuño ha destacado en la Comisión
Estatal de Elecciones para que repita las proezas --- suyas y de Hector O’Neill
--- de las primarias de Guaynabo.
Cuando usted mira al fondo del caño que es la CEE, en su incapacidad de
asegurarle al País unas elecciones limpias, lo que ve es la figura siniestra de
Edwin Mundo. ¿No lo recuerdan de
la tramoya de la mucama dominicana del 2004? Ese fue su debut en la práctica del fraude. Hoy reaparece con más poder para
negarle al País unas elecciones limpias.
Primero,
primarias de Guaynabo ---¡se roban ellos mismos! --- luego los encamados, ahora
los celulares para extorsionar a sus propios correligionarios, mañana será el último
fraude que se le ocurra.
Mientras
tanto, el Juez Conty, Presidente de la CEE, permite, tolera, mira para el otro
lado, y rinde su prerrogativa y responsabilidad ante el País haciéndose de la
vista larga.
¿Remedios
ante este intento de golpe de estado electoral? Ninguno, porque las cortes --- de arriba abajo --- están
empaquetadas, secuestradas. No
existen árbitros independientes para adjudicar los conflictos conforme a
derecho. Estamos en pleno
fascismo. Y contra eso sólo existe
un remedio, un voto masivo contra la corrupción de todo tipo. Que sean tantos y tal el repudio que no
se las puedan robar. Porque el
diseño y la voluntad para hacerlo están claras.
¡El
negrito del Caño realmente existe y no es mera imagen flotando en el agua, es
real! Se llama Edwin Mundo
representando a Luis Fortuño.
Es una posibilidad si las elecciones fuesen cerradas y la fiscalización de los oponentes fuera mediocre. De estos mafiosos que están en el gobierno se puede esperar cualquier cosa. Pero más dependerá de nosotros que de ellos.
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ResponderEliminarFRACASO E INCOMPETENCIA. Para inculcar esta locución malsonante, Fortuño y el PNP han gastado millones de dólares. Lo curioso es que ambas palabras son calificativos perfectos del carácter y de las facultades de Fortuño. Los vicios de la personalidad de Fortuño se han utilizado para manchar el buen nombre de su opositor principal, aunque el rótulo se adecúa solamente a Fortuño. Así son las cosas.