Luis
Muñoz Marín hablaba siempre del pueblo como la base democrática de “una gran
civilización”. Dedicó su vida a la
realización de esa meta, cultural, política y social. Con los descuentos que haya que hacerle por sus errores de
humano --- 1968 viene al recuerdo --- su vida pública la dedicó a mejorar las
condiciones de vida del “público”, esto es, del “Bien Común” que desde Grecia y
Roma define la visión ética colectiva de la justicia. Todas sus decisiones, controversiales y dolorosas algunas,
menos la de 1968, se fundaron en ese compromiso de justicia social --- es
decir, justicia para todos --- y no para un grupito de privilegiados, ya fueran
hacendados del café, de la caña, o del negocio de exportación e importación.
Puerto
Rico ha padecido desde el 2 de enero del 2009 el régimen político más abusivo,
corrupto e inclemente desde los años de Romualdo Palacios bajo el absolutismo
español, o del bandidaje republicano alicate del General Blanton Winship de
1937: Luis Fortuño y su mafia de
amigotes y depredadores del tesoro público son el equivalente a lo que el
Presidente Roosevelt llamó en 1932 en los Estados Unidos “los malhechores de la
gran riqueza”.
Frente
a gobiernos de esa calaña los pueblos tienen dos opciones: la sumisión o la revolución. Eso es así cuando no existe el voto democrático:
libre, limpio, secreto.
Ahora
bien, ¿qué hacemos cuando ejerciendo ese voto el pueblo vota por sus enemigos y
explotadores? El dilema moral
entonces es irse del País o retirarse del sistema democrático electoral, dejándole
el campo libre a los bribones, depredadores del Bien Común.
En Luis
Fortuño --- por su record, contrario diametralmente a sus palabras y promesas
--- el pueblo se enfrenta a un gobernante zafio, jaiba, embaucador, sin la más
mínima huella ética en su carácter, mientras habla de “valores” para adormecer
a los ciudadanos. ¿Será eso
efectivo y suficiente para servir de placebo a la angustia social producida por
su gobierno? El 6 de noviembre sabremos.
Estas elecciones
del martes son las más importantes de los últimos 72 años: decidirán, como las de 1940, si los
colmillús de Fortuño son dueños del País, o es el pueblo. Aquel pueblo pobre, anémico, explotado
de 1940, supo quienes eran sus amigos y quienes sus explotadores. ¿Sabrá el próximo martes hacer una decisión
equivalente? ¿Optará por ser
pueblo o reguerete de gente PNP?
Fortuño: el candidato de Wall Street.
ResponderEliminarRobert Donohue, director gernete de la empresa “Municipal Market Advisors”, dijo que los analistas consideran que García Padilla, en comparación con Fortuño, estará menos comprometido a quitarle beneficios a los pensionados – ante el déficit a que se enfrenta ese programa – o a despedir más empleados públicos.
http://www.elnuevodia.com/fortunoeselcandidatodewallstreet-1376607.html