miércoles, 31 de octubre de 2012

¿En qué se Parecen Luz Eufemia y Héctor O’Neill?


En tiempos de crisis, más allá de la vida cotidiana, el pueblo busca modelos, íconos, paradigmas que le señalen el futuro, allende los atolladeros del presente.  En esa expectativa, el pueblo a veces encuentra, contrario a lo que busca y necesita, impostores que utilizan el poder y la comunicación pública para saciar sus apetitos de dinero y de poder.  ¡Vaya íconos, vaya paradigmas y modelos!

Hoy, a cinco días de las elecciones, me interesa destacar dos instancias luminosas del modelaje apócrifo, falso, hipócrita y cínico, que se despliega desde el poder para encubrir el crimen y la corrupción.  Me refiero a la señora del gobernador, que despliega su imagen, en fotografías cursi, destacando los logros --- falsos todo lo que menciona --- de la tarjeta de salud de su esposo, que es un desastre, que está quebrada, y que no ofrece lo que ella anuncia.

Se trata, en el caso de Luz Eufemia, de un anuncio político engañoso, de parte de una señora que se negó a ser Primera Dama, como lo mandaba la tradición centenaria en Puerto Rico.  Despreció el servicio al pueblo --- mediante una causa social de su personal decisión --- a favor de una práctica legal privada de escrituras que los bancos le ofrecen a cambio del beneficio que la legislación de su marido les provee.  Y ahora, a días de las elecciones, se convierte en pasquín fotográfico vulgar para ofuscar y negar lo que las mujeres en Puerto Rico saben:  que el plan “Mi Salud” de Fortuño es una farsa, que está quebrado, deniega más servicios de los que aprueba, y que no necesita para resucitarlo las mentiras de Luz Eufemia, que de paso degrada la posición que ostenta, aunque sea por accidente.

La mentira da coraje, y la voracidad por el dinero de los ya millonarios a nombre del pueblo, indigna.

El segundo modelo que quiero discutir brevemente es el del alcalde de Guanabo, el faraón del fraude electoral ya demostrado, que anda por ahí venteando su candidatura a la reelección a base de “fuerza y determinación”.  No hay duda que posee ambas cosas:  fuerza de cara y determinación de fraude.  El municipio más rico de Puerto Rico, el mayor enemigo de los pobres y sus comunidades, el padrino de los “guaynabitos” corruptos, representa la crisis moral terminal del PNP y de Hector O’Neill.

¡Y pensar que Guaynabo y los guaynabeños que le llenamos los cofres municipales a Héctor O’Neill tenemos alternativas serias, capacitadas, competentes, para sustituir la corrupción y el fraude rampante de Guaynabo, cuando somos los guaynabeños, los residentes de Guaynabo, quienes lo sostenemos económicamente con nuestras contribuciones!

Luis Fortuño lo ha protegido porque es tal para cual.  No hay capital moral en Fortuño para poner orden en Guaynabo, cuando no ha podido o querido hacerlo con la Legislatura PNP, ese antro de retrasados mentales y enemigos de la ética que el resto del País siente y repudia.  ¿Por qué endosar la corrupción de O’Neill cuando tenemos ante nosotros el martes la opción de un ciudadano limpio, honesto, capacitado que se llama Richie Vicens?

En la votación del próximo martes el pueblo de Guaynabo --- el verdadero pueblo de Guaynabo --- trabajador, limpio, honesto, ejercerá un voto limpio por Richie Vicens, rechazando la corrupción, el fraude y el aprovechamiento económico de Héctor O’Neill del tesoro, de este pueblo.  Este voto cerificará el carácter moral del pueblo mismo, limpio, honesto, ético, o el del alcalde O’Neill como dueño y señor de esta ciudad.  En la mañana del miércoles sabremos lo que nos merecemos, mayoritariamente.

Si al pueblo de Guaynabo le gusta el fraude y la corrupción, que vote por O’Neill.  Pero si las rechaza, tendrá en Richie Vicens un excelente servidor público, del cual no tendrá que andar avergonzado.

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