jueves, 8 de noviembre de 2012

El Pueblo Privatizó a Fortuño


Repito hoy, con satisfacción amparada en la realidad, que el Bien Común, el principio rector de toda política civilista, recibió una reafirmación contundente el martes en las urnas --- el verdadero “tribunal supremo” de la democracia.

La decisión tomada por el pueblo del pasado martes --- rompiendo su silencio reflexivo --- significa y restituye muchas cosas, pero la primera entre ellas el la voluntad de “privatizar” a Luis Fortuño, es decir, mandarlo a la vida privada a enriquecerse más si quiere con su propio trabajo y no con el tesoro del pueblo.

Desde el 2004 Luis Fortuño y Luz Eufemia Vela han estado ordeñando el poder público, las influencias que ese poder concede, para enriquecerse personalmente.  Él recibiendo de sus amigotes de la mafia corporativa dineros para montar su estilo de vida y aumentar su capital millonario, antes de entrar como Comisionado Residente en el 2004, proceso que se multiplicó desde el 2008, extensivo a su señora, que en vez de Primera Dama para servirle al pueblo, prefirió ser --- por  mucho --- Primera Notaria del País, con gastos públicos de escoltas, autos, maquillajes deluxe, oportunismo craso.  Porque los bancos que con una mano se beneficiaban de la legislación de Fortuño, con la otra le extendieron beneficios notariales millonarios a la señora.  Ese juego cínico de voracidad numismática no tiene precedentes ni en Estados Unidos ni en Puerto Rico.

Ante todo eso, el pueblo calló, observó, reflexionó, y decidió privatizar a la susodicha familia.  ¡Good riddance!, en su lenguaje favorito.  Váyanse a su país, los Estados Unidos, que nosotros, los puertorriqueños, limpiaremos el vertedero moral en que ellos dos, y sus cuates legislativos, sumieron a Puerto Rico en sólo tres años y medio.

Digo que el pueblo “privatizó” a los Fortuño, porque quiero ser fino en la expresión, pero algo, desde el fondo de mi cerebro me grita otra interpelación:  lo que el pueblo ha hecho es darle una patada en el trasero a ambos.

¡Que se vayan y no vuelvan!

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