martes, 19 de junio de 2012

Confirmado: Fortuño es Quien Reparte los Contratos

El ciudadano común, que quiere creer en los administradores del Bien Común, quiere creer lo que desde el primer día le ha venido diciendo Luis Fortuño: que él no tiene que ver con la lluvia a nivel multi-millonaria de contratos que sus agencias y departamentos dispensan a sus favoritos de la oligarquía de Palacio.

Se sabe, porque El Nuevo Día le ha llevado la cuenta, que los más de quinientos millones sustraídos al pueblo y a los empleados públicos, y los cien millones malbaratados en el embuste del gasoducto, no le han representado al País un centavo de beneficio.  Han representado una dadiva inmoral de Fortuño a sus amigotes.  Pero con todo y eso, la credulidad sana del pueblo suponía, hasta hoy, que esa perversidad era cosa de los jefes de agencia y departamentos, mientras un grupo de analistas políticos y periodistas serios apuntábamos a Fortaleza --- Fortuño, Marcos Rodríguez y el Banco Gubernamental --- como el centro de la conspiración para beneficiar a los amigotes de Fortuño.  Pero todo esto se negaba, mientras Fortuño tiraba las piedras y escondía la mano, con alegaciones repetidas y mendaces de “yo no fui”.  Todo eso le duró hasta hoy, porque esta tarde --- martes 19 de junio --- el Ex – Secretario de la Gobernación, Aníbal José Torres, hombre veraz y escrupuloso en sus afirmaciones públicas, le informó al País, con documentos y fechas electrónicamente constatables, que la trilogía de Fortuño, Marcos Rodríguez y el Banco Gubernamental han conspirado para concentrar en Fortaleza todos los contratos de Energía Eléctrica y gasoducto que ya no cumplen ninguna función --- si una vez la tuvieron --- de tal manera que sea Fortuño quien decida a cuáles amigotes le sigue pagando contratos sin producción alguna, y a cuáles no.

Ayer, lunes, Fortuño confesó otra de sus mendacidades descaradas ante el País:  ahora confiesa que nunca hubo gas natural suficiente para suplir las necesidades del Norte del País y el Área Metropolitana con el macabro gasoducto.  Pero la confesión llega después de repartir 100 millones a sus alicates, y ahora le dice a sus mandaderos que le manden a Fortaleza la información, para ser él quien decida a quiénes le sigue dando y a quiénes no.  ¡El hombre es un despreciable desvergonzado! 

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