Se
sabe, porque El Nuevo Día le ha llevado la cuenta, que los más de quinientos
millones sustraídos al pueblo y a los empleados públicos, y los cien millones
malbaratados en el embuste del gasoducto, no le han representado al País un
centavo de beneficio. Han
representado una dadiva inmoral de Fortuño a sus amigotes. Pero con todo y eso, la credulidad sana
del pueblo suponía, hasta hoy, que esa perversidad era cosa de los jefes de
agencia y departamentos, mientras un grupo de analistas políticos y periodistas
serios apuntábamos a Fortaleza ---
Fortuño, Marcos Rodríguez y el Banco Gubernamental --- como el centro de la
conspiración para beneficiar a los amigotes de Fortuño. Pero todo esto se negaba, mientras
Fortuño tiraba las piedras y escondía la mano, con alegaciones repetidas y mendaces
de “yo no fui”. Todo eso le duró
hasta hoy, porque esta tarde --- martes 19 de junio --- el Ex – Secretario de la
Gobernación, Aníbal José Torres, hombre veraz y escrupuloso en sus afirmaciones
públicas, le informó al País, con documentos y fechas electrónicamente
constatables, que la trilogía de Fortuño, Marcos Rodríguez y el Banco
Gubernamental han conspirado para
concentrar en Fortaleza todos los contratos de Energía Eléctrica y gasoducto
que ya no cumplen ninguna función --- si una vez la tuvieron --- de tal manera
que sea Fortuño quien decida a cuáles amigotes le sigue pagando contratos sin
producción alguna, y a cuáles no.
Ayer,
lunes, Fortuño confesó otra de sus mendacidades descaradas ante el País: ahora confiesa que nunca hubo gas
natural suficiente para suplir las necesidades del Norte del País y el Área Metropolitana
con el macabro gasoducto. Pero la confesión
llega después de repartir 100 millones a sus alicates, y ahora le dice a sus
mandaderos que le manden a Fortaleza la información, para ser él quien decida a
quiénes le sigue dando y a quiénes no.
¡El hombre es un despreciable desvergonzado!
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