Dos
barriles de tinta de calamar le ha derramado Fortuño al electorado: la ofuscación de la estadidad, por un
lado, y el “English Only”, como recursos desesperados. El cálculo no puede ser más
transparente: si se logra poner al
pueblo a discutir la estadidad --- un programa que lleva 114 años de fracaso
--- y además le tiramos como buscapié
el idioma inglés como medio de
enseñanza, a una comunidad escolar que no domina el idioma, ni maestros, ni
estudiantes, ni administradores, entretenemos la opinión pública y política
discutiendo quimeras, de tal manera que no atiendan la tragedia que viven como resultado
de los embustes de Fortuño: los
despidos, el ataque destructivo a la Universidad y sus estudiantes y
profesores, el asalto al Tribunal Supremo y al Colegio de Abogados, el desastre
de los servicios de salud, el desconcierto en educación pública, la corrupción
en Energía Eléctrica --- incluyendo el engaño costoso del supertubo de la
muerte ---, la entrega corrupta de millones de dólares a amigotes del
gobernador en contratos a cambio de nada seguro, el desprecio y abandono de la
clase media y pobre mientras enriquece a sus favoritos de la oligarquía, --- en
otras palabras, la corrupción moral y económica masiva que es la administración
de Fortuño. ¿Puede taparse todo
eso con el abracadabra mágico de la estadidad? Y peor aún, ¿puede taparse todo
eso con la agresión cínica al País mediante la imposición del inglés a
rajatabla como medio de enseñanza, en desprecio de nuestra historia, cultura,
conciencia espiritual de pueblo?
Se
trata de dos actos desesperados de ofuscación. Las Elecciones giran sobre la obra de gobierno o sobre
nuevas propuestas de gobierno que mejoren la condición social y económica del
pueblo. Pero la estadidad la empeoraría,
y el inglés dejaría al pueblo sin habla, sin habla natural, histórica,
espiritual.
Todo lo
anterior sólo significa una cosa:
que no hay límites en la conciencia de este pichón de fascista, sobre lo
que es capaz de hacer frente a una segura y justa derrota electoral en
noviembre.
El
“Pulgarcito” del simpático cuento histórico se perdió en el bosque y no llevó
tiza para marcar los árboles para su regreso. Fortuño anda perdido en la maleza de sus mentiras y
traiciones, y ha echado mano desesperada de dos embustes más: la estadidad y el
“English Only”. A los despedidos,
que coman estadidad, que paguen sus deudas en inglés, mientras Fortuño y su
señora se han hecho multi-millonarios durante el periodo de su incumbencia como
Comisionado Residente y como Gobernador.
¡Que se
vaya de una vez por todas y se una a sus otros americanos! ¡Ese mandato lo
expresaremos el próximo seis de noviembre desde el Estado Libre Asociado y en
Español!
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