El asunto
no se queda a ese nivel, pues en el caso de la alcaldía de Arecibo Fortuño
desbancó personalmente al actual alcalde porque se opuso al gasoducto, pero no
se detuvo ahí. Sacó a Carlos
Molina de Corrección --- lo que destapó el vertedero de corrupción que dejo allí
--- y lo postuló para alcalde, financiando su campaña con contratos con Familia
y Educación, de lo cual no sabe ni cómo se escriben esas agencias, con dinero
de todo el pueblo, descaradamente.
Ese
desparpajo en el uso de fondos públicos ha llegado al extremo de la
prostitución legislativa al asignarle medio millón de dinero de todo el pueblo
al paradigma de la corrupción de todo orden, el todavía representante corrupto
José Luis Rivera Guerra, para comprar votos, para Fortuño porque él no estará
en la papeleta.
¿Qué
más se puede pedir? Sodoma y
Gomorra eran, en comparación, devotas comunidades piadosas. Pero pasaron a la historia. ¡Esto también pasará!
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