En ese
contexto quiero abordar tres asuntos espinosos, en los que el candidato a
gobernador del Partido Popular se ha expresado de manera paradójica, es decir
en un lenguaje aparentemente contradictorio de sus posiciones previas. Dado el hecho innegable de que no se
trata de una persona cínica, ni carente de integridad intelectual y moral ---
su historial de servicio público honesto y efectivo lo demuestra --- tiene que
existir una explicación de lógica política que explique y justifique esas
variaciones y adaptaciones a la contienda electoral que vivimos.
Les
ofrezco a los lectores de esta página una explicación o interpretación de los
acomodos políticos de Alejandro a la situación política electoral en que
desenvuelve su liderato. Esta
interpretación tiene dos partes.
Porque él no está sólo en ese cuadrilátero político. También está --- y hay que contar con
--- el adversario Luis Fortuño.
Vamos a
Fortuño como primera parte. Tiene
a la mano cientos de millones, públicos y privados, para atacar y distorsionar
la figura de Alejandro. Su
campaña, sobre el trasfondo de su fracaso y sus engaños, consiste sólo en eso,
a través de su periódico servil, el Vocero, y de los millones invertidos en las
agencias de publicidad.
A
partir de ese programa de difamación del adversario, Fortuño ha propuesto y decidido
una serie de medidas claramente demagógicas para que Alejandro las ataque, y luego decirle al pueblo, ¿lo ven? ¡Está a favor de quitarle la fianza a
los asesinos! ¡Está a favor de
quitarle el voto a los criminales presos! ¡Está a favor de cobrarle el IVU a las actividades
comerciales de las iglesias! Las
tres propuestas están diseñadas como encerronas demagógicas. Si así no fuera, el PNP y Fortuño deberían
alegrarse de que Alejandro coincida con ellos. Por el contrario, ahora lo atacan por coincidir. ¡No entiendo! O entiendo demasiado
bien. El “bluff” está
desinflado. Lo que en su día,
desde el poder, decida hacer una legislatura popular será otra cosa, atendiendo
a argumentos y razones, opinión pública, y hechos y realidades objetivamente
constatadas.
El
coraje infantil de Fortuño y Ángel Cintrón viene de la frustración de que
Alejandro se le ha escapado de la encerrona demagógica e hipócrita que le
tendieron.
En estos
meses de desesperación fortuñista, se urdirán otras encerronas. Ninguna tendrá éxito. Ya Alejandro le ha cogido el golpe a la
mafia de palacio.
¡Que
creen empleos! ¡Que dejen de robar, para él y los suyos! ¡Que respeten la
democracia electoral limpia! ¡Que ajusticien a Héctor O’Neill y su pandilla de
pilletes primaristas! ¡Que con Alejandro no cuenten para morder pescaítos
pueriles de Fortuño, Rodríguez Pujada y Ángel Cintrón!
No se
preocupen los populares ni el País sobre las aparentes variaciones de
Alejandro. Que se preocupe
Fortuño, que en cada una de sus propuestas demagógicas se ha quedado con la
carabina al hombro. Empiece el
pueblo a juzgar con seriedad a partir del 2 de enero del 2013.
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