miércoles, 6 de junio de 2012

Interpretando a Alejandro

Como consumidor a distancia de las noticias y eventos políticos, tengo que interpretar posturas, expresiones y decisiones políticas de los líderes, de tal forma que lo que representan ante el País me tenga sentido, ideológico, programático y personal.

En ese contexto quiero abordar tres asuntos espinosos, en los que el candidato a gobernador del Partido Popular se ha expresado de manera paradójica, es decir en un lenguaje aparentemente contradictorio de sus posiciones previas.  Dado el hecho innegable de que no se trata de una persona cínica, ni carente de integridad intelectual y moral --- su historial de servicio público honesto y efectivo lo demuestra --- tiene que existir una explicación de lógica política que explique y justifique esas variaciones y adaptaciones a la contienda electoral que vivimos.

Les ofrezco a los lectores de esta página una explicación o interpretación de los acomodos políticos de Alejandro a la situación política electoral en que desenvuelve su liderato.  Esta interpretación tiene dos partes.  Porque él no está sólo en ese cuadrilátero político.  También está --- y hay que contar con --- el adversario Luis Fortuño.

Vamos a Fortuño como primera parte.  Tiene a la mano cientos de millones, públicos y privados, para atacar y distorsionar la figura de Alejandro.  Su campaña, sobre el trasfondo de su fracaso y sus engaños, consiste sólo en eso, a través de su periódico servil, el Vocero, y de los millones invertidos en las agencias de publicidad.

A partir de ese programa de difamación del adversario, Fortuño ha propuesto y decidido una serie de medidas claramente demagógicas para que Alejandro las ataque, y luego decirle al pueblo, ¿lo ven?  ¡Está a favor de quitarle la fianza a los asesinos!  ¡Está a favor de quitarle el voto a los criminales presos!  ¡Está a favor de cobrarle el IVU a las actividades comerciales de las iglesias!  Las tres propuestas están diseñadas como encerronas demagógicas.  Si así no fuera, el PNP y Fortuño deberían alegrarse de que Alejandro coincida con ellos.  Por el contrario, ahora lo atacan por coincidir.  ¡No entiendo! O entiendo demasiado bien.  El “bluff” está desinflado.  Lo que en su día, desde el poder, decida hacer una legislatura popular será otra cosa, atendiendo a argumentos y razones, opinión pública, y hechos y realidades objetivamente constatadas.

El coraje infantil de Fortuño y Ángel Cintrón viene de la frustración de que Alejandro se le ha escapado de la encerrona demagógica e hipócrita que le tendieron. 

En estos meses de desesperación fortuñista, se urdirán otras encerronas.  Ninguna tendrá éxito.  Ya Alejandro le ha cogido el golpe a la mafia de palacio.

¡Que creen empleos! ¡Que dejen de robar, para él y los suyos! ¡Que respeten la democracia electoral limpia! ¡Que ajusticien a Héctor O’Neill y su pandilla de pilletes primaristas! ¡Que con Alejandro no cuenten para morder pescaítos pueriles de Fortuño, Rodríguez Pujada y Ángel Cintrón!

No se preocupen los populares ni el País sobre las aparentes variaciones de Alejandro.  Que se preocupe Fortuño, que en cada una de sus propuestas demagógicas se ha quedado con la carabina al hombro.  Empiece el pueblo a juzgar con seriedad a partir del 2 de enero del 2013.

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