lunes, 4 de junio de 2012

El Fascimo Ramplón de Luis Fortuño: La Ley Contra el Derecho

El fascismo --- el italiano de Mussolini o el español de Franco --- es una de las teorías totalitarias sobre la organización y el poder del estado que produjo el primer tercio del siglo 20.  La otra la había acuñado Carlos Marx a mediados del 19.  La primera tuvo pretensiones de “teoría”, y vino a llamarse en Italia “la teoría corporativa” del estado, algo que repitió el dictador Ayub Khan en Pakistán años más tarde.  En todas sus versiones, ese fascismo posa de idealista, de espiritualista, dejándole la vulgaridad del materialismo a Marx, Lenin y Stalin.  En el fondo y en la operación política son la misma cosa:  la tiranía total sobre toda la sociedad, a contrapelo de la otra tradición europea y norteamericana de libertad, libertades más bien, contra las pretensiones totalistas del estado.  A ese conjunto de ideas e instituciones se le ha llamado la democracia liberal.

De esas ideas totalitarias existen todavía residuos, en el mundo islámico y árabe, en Cuba y  en Venezuela, ambas en crisis terminales a la hora que escribo.

En Puerto Rico, a la altura del 2012, existe una versión ramplona, teóricamente ignorante de lo que significa lo que hace, por incultura, por hipocresía, por insensibilidad.  La dirige Luis Fortuño, sin saber bien lo que hace, aunque disfruta enormemente del fruto funesto de lo que hace.

Bien mirado, el fascismo criollo de Luis Fortuño se remonta --- aunque él no lo sabe --- al absolutismo totalitario de Thomas Hobbes, de mediados del siglo 17, contra el cual se fundó --- primero en Inglaterra y luego en los Estados Unidos --- la democracia liberal, que tiene dos componentes:  soberanía del pueblo o consentimiento de los gobernados, por un lado, y por el otro el gobierno limitado por las libertades del pueblo y de las personas.

Lo contrario, ya sea Platón en la antigüedad, Marx, Hobbes, Franco, Lenin y Stalin, Mussolini o Fortuño, es consagrar la destrucción del derecho --- natural o estatutario --- por la ley accidental de un régimen insaciable de poder y de dominio contra todo y todos.

Decía "el bueno"(?) de Hobbes, que si faltara la ley absoluta y total del estado, la vida humana seria “solitaria, pobre, brutal, odiosa y breve”.  La realidad es exactamente al revés:  cuando se pisotean las libertades, se crea lo que él mismo llamó:  “el reino de las tinieblas” de Hitler, Stalin, Franco y Fortuño.

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