El
operativo siniestro del gasoducto lo ha retratado tal cual es: un vulgar embaucador que prometió,
mediante ese maléfico engendro, reducir el costo de la luz dramáticamente, y lo
ha subido 70 por ciento en tres años y medio. Prometió no despedir empleados públicos y botó 30 mil, que
son 52 mil por su efecto cascada.
Declaró una emergencia energética fatula, y hoy ese mundo de la energía
--- costo y funcionamiento de la AEE --- es un despelote de mal gobierno, de
reguero de centros de mando, y de tirijala sobre las maneras de allegar el gas
natural a las plantas de la AEE.
La anarquía
--- legal y moral, o ilegal e inmoral --- que impera en el Poder Ejecutivo no
tiene precedentes, y Fortuño parece un niño que riega la plasticina por todo el
gobierno, a ver si le sale algo bien.
El
propio periódico vendido al PNP, El Vocero, al referirse al partido de Fortuño
en la Legislatura, afirma que ha habido “de todo como en botica en el
cuatrienio legislativo”, y enumera las corrupciones y los corruptos que han definido
el carácter de esa Legislatura: De
Castro Font, Rodríguez Traverzo, el Chuchin Soto, Roberto Arango, Rolando
Crespo, Héctor Martínez. Para
tratar de establecer una equivalencia con el PNP, la periodista Maricarmen
Rivera Sánchez trata de empatar la pelea mencionando a Luis Farinacci que no se
le probó nada, y a Héctor Ferrer, que nada tiene que ver con corrupción
alguna. Pero la periodista,
convenientemente, no menciona a Roger Iglesias, ni a Rivera Guerra, ni las
corrupciones institucionales de un gangster como Rivera Schatz. De la misma manera que Fortuño decía
en el 2008 que Pedro Rosselló era un cáncer en el cuerpo político del País,
Rivera Guerra dice ahora que Fortuño es un lastre para el PNP. ¡Él debe saber!
Ahora,
a la hora de recoger los bates frente a unas elecciones que Fortuño tiene
perdidas, sale José Ortiz --- un hombre para todos los usos, un verdadero sabio
universal, a lo Leonardo Da Vinci --- prometiendo una rebaja en la factura de
la luz para el 2016, cuando ya ni él, ni Fortuño estarán por todo ese vecindario
del gobierno. ¡Cuán largo me lo fiáis! ¡Ya ese perro nos mordió, y quedó “mellao”
para siempre!
Para lo
único que le queda tiempo a Fortuño es para hacer lo que hizo esta semana: halar todos los millonarios contratos
para Fortaleza, para ser él quien los reparta.
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