jueves, 6 de septiembre de 2012

Allá y Acá, Las Alternativas en Noviembre 6 están Claras


Es de suponer, si la democracia como sistema de gobierno vale para algo, que el ciudadano promedio ejercita en el momento del voto las dos funciones que mejor le sirven a su inteligencia cívica:  la memoria y la razón.  Allá --- en los Estados Unidos --- y  acá en el Puerto Rico que queremos, están claras las alternativas sobre las cuales ejercitar esa memoria y esa razón, al servicio de los anhelos del corazón.

Allá, en Tampa, la semana pasada el Partido Republicano de Romney y Fortuño, enarbolaron una vez más la bandera del capital, de los bancos, de los seguros y las aseguradoras de salud como los salvavidas del sueño americano.  Eso se llama desde los tiempos de Atenas la oligarquía, que siempre ha reclamado representar a “los pocos, los ricos y los sabios”, en la famosa frase de Alexander Hamilton en los primeros años de la republica norteamericana.  Abreviado, todo eso se llama Wall Street --- el centro de especulación económica más grande y rico del universo.

Allá mismo --- en Charlotte, Carolina del Norte, el Partido Demócrata de Obama y Ted Kennedy --- en otro tiempo de Franklin D. Roosevelt, Harry Truman o Luis Muñoz Marín --- está celebrando su Convención.  El contraste no ha podido ser mayor --- el partido de la oligarquía frente al partido de la democracia.  Los pocos contra los muchos.  ¿Y quiénes son los pocos y los muchos? Regresemos a la Atenas de Aristóteles.

Toda sociedad se divide en tres clases, los pocos ricos, que se definen por la propiedad, los muchos, que se definen por su pobreza y su sentido de libertad, rodeando ambas clases  la clase media.  Esta es  más numerosa  que los pocos ricos, y más pequeña que los muchos pobres.  Su riqueza, unida a la de los pobres, puede enfrentarse a los vampiros de la oligarquía, siendo más numerosa que ella.  ¿ Cuál es el gobierno ideal entonces, en la práctica, no en términos de idealismos quiméricos?  Es el gobierno de la clase media, que mantiene a raya a los extremos.  Ese es el gobierno verdaderamente constitucional en el sentido social --- que él llamo “politeia”, es decir, el gobierno político por excelencia.

Ese ha sido el ideario, y el programa de todos los grandes líderes de la democracia norteamericana:  Jackson, los dos Roosevelts, Harry Truman y Barack Obama, como de los puertorriqueños que honraron esos principios, Muñoz Rivera, Muñoz Marín, Roberto Sánchez y Luis A. Ferré.  Esa democracia norteamericana y puertorriqueña se enfrenta en noviembre 6 a sus enemigos naturales, de dentro y de afuera --- a la oligarquía republicana del capital --- Mit Romney --- y a su patética imitación boricua de Luis Fortuño. 

El pueblo no aspira a oprimir y explotar, sino a la justicia frente a la voracidad insaciable de los ricos oligarcas.  Pero a veces yerra, y se deja embaucar por los listos, los jaibas, los tunantes, como Luis Fortuño y Mit Romney:  ¿Remedio contra ese engaño?  Doble: la buena memoria y la razón alerta e informada.

Porque no puede ser --- más de una vez, no debe ser --- que el pueblo vote por sus enemigos jurados:  Mit Romney y el GOP y Luis Fortuño y el PNP.  

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