sábado, 22 de septiembre de 2012

El “Misterio” Santini-El Nuevo Día


¿Qué se dicen estos dos entes públicos contra toda lógica, la lógica del deterioro de San Juan, y la del supuesto periodismo objetivo y libre de El Nuevo Día?

Pues al que ha venido observando la conducta de ambos por los últimos doce años no puede evitar otra explicación que no sea lo que en la calle llaman “tú me rascas y yo te rasco”.  Eso sí que es una alianza público-privada funesta.  Miremos a la historia reciente para mejor observar ese patrón de desleal contubernio --- desleal al pueblo, pero muy leal al alcalde y a los intereses económicos de “El Nuevo Día”.  En las encuestas sobre la Capital, El Nuevo Día declaraba ganador a Santini por docenas de miles de votos y decía que dejó de hacerlas porque no valía la pena --- ¡Santini era una línea!  Y mató la campaña de Bhatia con titulares y encuestas fatulas --- caseras --- aunque al final ganó por sólo tres mil votos y pico.  Ese es un lado de la rascada.  El otro es el capital de dinero público que Santini vacía en las arcas de El Nuevo Día  --- millones continuos, a pesar de la ingente deuda de cientos de millones del municipio de San Juan.  De tal manera que Carmen Yulín Cruz tiene que ganarle al combinado Santini-Ferré, esta vez con los ojos abiertos, a sabiendas que esta tallando contra un combinado poderoso e inescrupuloso.

Si el veredicto electoral de San Juan dependiera de las realidades de San Juan, una ciudad rica con rostro miserable y paupérrimo, no debería haber duda de la victoria de Carmen Yulín.  Porque vaya usted a cualquier barrio de Río Piedras hasta el Viejo San Juan, y el rostro que presenta “la gran obra” de doce años de Santini es de suciedad y deterioro.  Contra eso no hay programa de parte del alcalde, pues lo que hay son anuncios a escala multimillonaria para sustituirle a la gente imágenes caras por las realidades amargas que viven los sanjuaneros desde la Universidad hasta el Caño.  ¡Ah, pero ahora anuncia el alcalde que cubrirá con flores lo que hoy es un vertedero, producto de los 12 años de Santini.  Y El Nuevo Día lo carga y coge gran parte de la tajada publicitaria de Santini.  ¿Podría El Nuevo Día, como servicio público del cual se dice tan celoso, decir cuántos millones le ha sacado a esa empresa público-privada que se llama Santini-El Nuevo Día?

El fenómeno es interesante, además, porque El Nuevo Día ha hecho un consistente repudio a la corrupción e incompetencia de Luis Fortuño, mucho más efectiva que la que ha hecho toda la oposición junta.  Pero al llegar a San Juan, a El Nuevo Día se le caen los calzones.

¡Tu me rascas y yo te rasco!  Para mí el poder y el narcisismo enfermizo y para tí los millones.  Un negocio redondo para ellos, y costosísimo para los residentes de San Juan, que claman por un cambio.

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