lunes, 17 de septiembre de 2012

La Situación Más Dramática: Elección del 1940 y 2012


Sea en el drama, la novela o la historia, de la que la política es parte saliente, una situación dramática es una que cambia el destino de su protagonista, sea un Edipo Tebano, un Hamlet escandinavo, o un Luis Muñoz Marín y el pueblo de Puerto Rico como personaje principal de su propia gesta.

Los elementos constitutivos del drama de 1940 están ampliamente documentados en la historia y en la memoria de aquellos de nosotros que vivimos como adolescentes curiosos de aquella gesta:  un grupo pequeño de colmillús --- como los llamó Muñoz --- poseían y gobernaban al País.  Colonos de la caña, hacendados del café, monopolistas del comercio de importación, latifundistas explotadores del trabajo del agregado sin alternativas, y taparrabos del capital ausentista --- y luego, claro está, sus representantes en la Legislatura.  Un círculo opresivo total.  ¿Su enseña y filiación ideológica?  ¡Republicanos!  Que a su vez se tragaron a los “socialistas de agua dulce” de Santiago Iglesias, Bolívar Pagán y Lino Padrón Rivera --- en la espuria “Coalición de 1932 a 1940”.

¿Paralelismo hoy?  Los republicanos de Luis Fortuño, los banqueros de Richard Carrión y compañía, las aseguradoras (traganíqueles) de salud y de todo (Triple S es su expresión más corrupta).

La repartición, como galletitas de ciento en boca, de los recursos y haberes del pueblo, a sus amigotes personales y panitas del dinero corporativo, que invierten su dinero en acciones de la Bolsa de Valores, pero no en la creación de nuevas empresas.  Que Fortuño le dé el dinero para ellos asumir riesgos.  Si ganan, ganan ellos, si pierden, pierde el Pueblo de Puerto Rico.

Se trata de una conducta políticamente inmoral, pero es buena para Fortuño, su familia y sus amigotes.

Existe una diferencia entre 1938-40 y 2012.  Entonces, en los tiempos de los clásicos colmillús republicanos, el dinero de la inversión capital era de ellos.  Es verdad que se lo habían exprimido a los trabajadores y a los agregados, pero ya era suyo.  Hoy el dinero de los usurpadores de Fortuño no es de ellos.  Es del pueblo.  Su capital es la amistad éticamente corrupta con Luis Fortuño.  De ellos mismos no arriesgan ni un centavo.

El año 1940 marcó un dramático cambio de destino para las masas pobres y explotados de Puerto Rico.  El 2012 debe marcar un cambio igual --- un voto para curar el asco pestilente de la corrupción que dirige este farsante, que se cree flautista de Hamelín embobando ratones.

¡Que se sepa que el pueblo de Puerto Rico es mucho más que eso, y que, como en 1940, se dará a respetar!

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