miércoles, 12 de septiembre de 2012

El Debate


El debate de anoche martes llevó al País, por boca propia, la realidad económica, social, educativa y de inseguridad que vive nuestro pueblo bajo la bota repúblico-fascista de Luis Fortuño.

Un índice útil para la evaluación de ese debate reside en el lagrimeo de los edecanes fortuñistas, responsables de preparar a su pupilo para el encuentro.  Marcos Rodríguez Pujada y Ángel Cintrón acudieron a los medios inconsolables, porque las verdades de Alejandro García Padilla, de frente y con los hechos, y con la cara de las víctimas de Fortuño frente a sí…  ¡le dieron muy duro, lo desenmascararon!  ¿Y porqué?  Porque esta estirando como chiclets los embustes del 2008 y reclama logros inexistentes, como Alicia en el País de las Maravillas.  El hombre es un embustero patológico, que no tuvo el valor --- ¿valores?, dijo alguien --- de mirar de frente al joven discapacitado que botó injusta y cruelmente en el 2009.

La historia de cuatro años es un cuadrilátero muy angosto para huir de la verdad.  Como le dijo Joe Louis a Billy Conn:  “Puedes huir, pero no te puedes esconder”, o como advertía el profeta:  “Tu pecado te alcanzará”.  Anoche ambas sentencias se hicieron realidad, de ahí el llanto de sus acólitos.

Anoche se hizo palpable el error y la trampa en que cayeron los buenos ciudadanos que han fundado sendos partidos, entes jurídicos sin pueblo.  Porque no han aprendido de las experiencias del PIP y su culto a la irrelevancia, a la evanescencia electoral.  Porque líderes serios intelectual y moralmente hablando no han aprendido que sin eco de pueblo no se adelantan buenas causas.  Hace falta gente, mucha gente, que esté insertada en el realismo práctico de otras trincheras con posibilidades de librar al País de la mentira y la perversidad de Luis Fortuño.

De hecho, en el debate de anoche los candidatos de los partidos nuevos lucieron bien.  Sobre el otro, el PIP, se confirmo la alianza PNP-PIP, que es una alianza pro estadidad y contra la independencia y que retrata de cuerpo entero el resentimiento histórico al PPD, que desde 1946 le quitó la alfombra debajo de los pies a los líderes de sí mismos y de nadie más.

La actuación de los partidos nuevos, seria y con contenido, demuestra su error, porque como fuerzas cívicas de educación política pudieron haber rendido una importante función.  Como partidos lo único que pueden lograr es la reelección de Luis Fortuño, una grave responsabilidad para la historia.  Tienen hasta el 6 de noviembre para corregir, en el colegio de votación, ese error histórico, tan costoso para el País.

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