domingo, 30 de septiembre de 2012

El Voto Útil y los Resentimientos Inútiles


De 1972 en adelante se ha registrado en la conducta electoral puertorriqueña un patrón consistente del electorado --- frente a la urna electoral --- de optar realísticamente por aquellos líderes y partidos que representan la oportunidad de derrotar al absoluto mal mayor.  Me refiero a miembros de pequeños partidos que, agotados sus esfuerzos para convertirse en alternativas como opción de triunfo, han concluido --- inteligente y patrióticamente --- que su voto puede ser útil para evitar el mal mayor, que es el abuso del poder por un partido insolente, delincuente, que aborrece la cultura y la identidad puertorriqueña.  En ese momento de confrontación ética con el mal manifiesto, muchos electores que no militan en un partido que sí tiene la fuerza para evitar el mal mayor --- que es la victoria sobre mal manifiesto --- optan responsablemente por unir su voluntad y su voto a quien pueda evitar el mal absoluto.

De 1972 a esta parte a esos electores se le ha llamado “melones” porque decía Rubén Berríos que eran verdes por fuera y colorados --- rojos --- por dentro, esto es, populares.  El resultado sistemático de ese proceso es que el País ha evitado que los pachuchos estadistas, la mafia corrupta del PNP desde 1972, lograra perpetuarse en el poder.  Sacrificar un voto partidista para expresar un voto de conciencia en defensa del País constituye una digna expresión de patriotismo inteligente.

Ese es el voto útil, el que si no puede lograr el bien ideal, porque no tiene eco de pueblo, puede al menos evitar el mal peor para el País que se dice amar.

El voto útil no es el que fundado en resentimientos ideológicos permitiría que el País sufra la destrucción completa a manos de una mafia de depredadores del haber del pueblo, sino el que está dispuesto a sacrificar esos resentimientos en aras del País.  En otras palabras, el voto útil es aquel que está dispuesto a hacer una diferencia, no el que con su irrelevancia numérica contempla como bueno que los rufianes que se roban el País prevalezcan, para satisfacer un prurito de idealismo ingrávido que es totalmente irrelevante a la realidad electoral, que trata de números, de votos, de mayorías como instrumentos del pueblo.

Entristece el hecho de que buenas personas, buenos puertorriqueños, en vez de adoptar la estrategia del MINH, el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano, que es una estrategia responsable de educación cívica, hayan optado por fundar partidos microscópicos para restarle al País la posibilidad de derrotar la mafia de Fortuño.

Algunos de estos nuevos fundadores de partiditos “mini”, tienen un historial de rompe-partidos, desde el PIP, pasando por el MPI, luego por el Partido Socialista, hasta recalar en el MUS.  Arrastran, algunos, el peso muerto del Marxismo-Leninismo y el Castrismo, y son sus deudos insepultos.  Después de medio siglo de funda-partidos y rompe-partidos, recalan en uno de varios mini-partidos cuya única misión es --- realísticamente hablando --- reelegir a Luis Fortuño.

¡Que Dios los bendiga, porque con el pueblo de inteligencia y memoria no podrán contar!

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