Ricky
Martin lo haría mejor que Ángel Cintrón y Marcos Rodríguez Pujada. Ya sabemos que el último prefiere
pensar “a patadas”. Pero al
primero se le han hecho evidentes las tuercas alocadas que exhibe con fruición
entusiasta.
La
campaña que dirigen por todos los medios --- a fuerza de millones sustraídos de
una forma u otra del tesoro público, ya sea por gastos corruptos de los
Departamentos o agencias que Fortuño ordeña --- no tiene ni son ni ton. Está tirando golpes a lo loco --- o a
la loca --- a ver si algo pega.
Pero se trata de insultos, acusaciones sin base, desde una negatividad
insultante. Los millones le
sobran, pero le falta verdad y hechos demostrables.
La
loquera --- o la locura --- dependiendo de los autores de la obvia
desarticulación que muestran, arranca de dos hechos objetivos que le constan al
pueblo, desde el 2008.
En
primer lugar, demostrado el hecho de que las promesas de Fortuño entonces
resultaron falsas, embustes redondos, de los supuestos hechos de que partían y
de su negación una vez llegó al poder, al concurrir ahora ante ese mismo pueblo
no tiene nada que señalar como logro que se haya traducido en beneficio alguno
para el pueblo expectante, que le creyó la primera vez. Sus amigotes y familia personal sí
pueden reclamar beneficios millonarios, no el pueblo que necesita un gobierno
honesto y competente, de lo cual Fortuño es patente negación.
En
segundo lugar, si las promesas del 2008 eran embustes, ¿se le van a creer
embustes nuevos para el 6 de noviembre?
¡Habría que estar loco!
El
signo más elocuente de una campaña sin sentido, sin contenido, sin seriedad
como alternativa a un pueblo enojado por los robos y los engaños, es la
apelación a la mentira histórica, desde Miguel Ángel García Méndez y Luis A.
Ferré --- de 1940 a 1972 --- de que el PPD es independentista,
antiamericano. ¡Bendito sea
Dios! Los líderes populares más
americanos no pueden ser, sin que se hagan penepés.
Si esa
charlatanería constituye la bomba atómica de su arsenal, el PPD y el pueblo
deben dormir tranquilos hasta noviembre 6. Porque la loquera de Ángel Cintrón y Marcos Rodríguez
Pujada, su mofletuda exhibición de la vida loca, no divertiría ni a Ricky
Martin, que seguramente votará popular si está aquí el día de las elecciones.
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