martes, 23 de octubre de 2012

El Tsunami de la Chiquitota


Anuncia la inmensa “speaker” de la Cámara que el País verá en los próximos días un verdadero “Tsunami Azul”.  ¿De dónde sacaría ella la noción de que las aguas de ese siniestro marítimo son azules?  Que le pregunte a los japoneses, porque si no habrá que concluir que sacará esa información de su propia ignorancia.

Pensándolo bien, sin embargo, apolíticamente, hay que estar preparados, porque un tsunami de Jenniffer González, Cususa y Heidi Wys --- en apretado y solidario amarre --- puede hundir al País, en base a la vieja fórmula de la gravitación universal de Mr. Newton.

El anuncio de la Chiquitota llega tarde.  Porque el tsunami de la Cámara de Representantes ocurrió ya, cuando nombraron “speaker” a Jennifer, bajo el asesoramiento mezquino y resentido de las dos líderes racistas que la rodean y la dirigen, lo que el pueblo llama “la Cucusa” y “la Wys”.

Jamás, desde su creación en la Ley Foraker de 1902 --- que creó lo que es hoy la Cámara de Representantes --- había estado ese Cuerpo tan atolondradamente dirigido por la pasión partidista, la incultura política, y el odio partidista, que ha producido la legislación más destructiva y chabacana de su historia.  Un tsunami pues, a base de esa materia prima, inundará el ambiente del País con lo único que puede producir, basura política.

En la Cámara de Representantes, tanto como en el gobierno de Luis Fortuño en general, exhiben deficiencias que no son sólo de actitudes morales cínicas y desfachatadas, sino una general condición de ignorancia de los principios y contenidos del derecho y de los derechos.  El analista tiene que decidir entonces, en su diagnóstico del bache legislativo, si se trata de maldad, de insensibilidad para la justicia y para las exigencias de la práctica democrática, o se trata más bien --- en el plano intelectual --- de crasa incompetencia, ignorancia palpable.  Todo ello acompañado en el plano moral por lo que los filósofos llamamos “torpeza moral”, la no diferenciación entre el bien y el mal, o lo que los juristas llaman “inimputabilidad”.

Pero esa es la realidad que vivimos.  La mentira patológica reina en Palacio, el odio racial reina en la Cámara, la patanería vulgar dirige al Senado.

Por todo lo anterior, cuando amenaza al País con un “Tsunami Azul”, apretémonos los cinturones.  Se trata de la explosión de un vertedero.  ¡Uy, por ahí vienen Jennifer, y Cucusa y Heidi, a invadir al País con su tsunami gravitacional!

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