miércoles, 17 de octubre de 2012

Luis Fortuño es una Regresión Política


¿Caduco? ¿Arcaico? ¿Paleolítico? ¿Cómo pensar así de Fortuño, si es tan joven?  Lo que ocurre es que es un viejo anciano, en ideología y en filosofía de gobierno.  Luis Fortuño se saltó a Luis Ferré, a Carlos Romero, y a Pedro Rosselló, pero el salto fue hacia atrás, hasta enyuntarse con Miguel Ángel García Méndez y Ramiro Colón, y con toda la pléyade de “comillus” republicanos de los años 30.  Representa un caso de regresión precoz, o pensando  en su juventud física, representa un caso de lo que los sicólogos llaman “arrested growth”.

¿Cómo es posible retroceder mental y políticamente a Calvin Coolidge, en los tempranos años 20 del pasado siglo, que decía, lo más orondo y complacido “the business of America is business” --- el negocio de América es hacer negocios.  Así fue, y quebraron al País y lo tiraron a la depresión más profunda del Siglo 20.

Los republicanos que Fortuño resucita en el 2012, y los mogules americanos de los años 20 del pasado siglo, son, en el mundo de Fortuño y en la sabiduría del pueblo, los “guaynabitos” --- la plutocracia insaciable a quien Fortuño enriquece con los dineros del pueblo que le niega al pueblo en servicios honestos.

Se trata de una regresión criminal, un salto atrás defendido con cinismo, inescrupulosidad y desfachatez sin precedentes.

Parte de ese salto hacia atrás es la entrega gustosa de Fortuño a la más rancia oligarquía republicana de los Estados Unidos: una oligarquía racista, anti-negros, anti-latinos, anti- puertorriqueños, ante trabajo organizado,  anti… anti…anti, y sólo a favor del dinero.

Fíjese el lector que Luis Ferré, “Mr. Republican”, nunca abrazó ese credo republicano fascista, racista, pro millonarios a costa de la clase media exprimida y la clase pobre desesperada.  Carlos Romero y Pedro Rosselló se hicieron demócratas y abandonaron el credo de la riqueza insaciable de unos pocos que es el republicanismo de Fortuño.  Luis Fortuño avergüenza a Puerto Rico, fingiendo acá que gobierna para su bienestar y se alía allá --- con los Romney --- contra los intereses de los puertorriqueños en todas las áreas en que la legislación federal nos beneficia, mientras dice acá que conseguirá más derechos y fondos para Puerto Rico.

Un notable político norteamericano de California, Jesse Unroh, dejó dicha una verdad política y moral palmaria:  el capital del político serio es su palabra.  Fortuño no tiene palabra.  No tiene palabra allá cuando falsea lo que ha hecho en Puerto Rico para complacer a sus derechistas de ocasión, y no tiene palabra acá, cuando ofrece cosas a las que se opone allá.  Le va a dar tortícolis política, que el pueblo le aliviará el próximo 6 de noviembre.

1 comentario:

  1. Jose Arsenio, me alegro haber dado con sus blogs. Siempre fui una fiel oyente suya, nos hace mucha falta. Siga dandole duro a Fortuño, que yo le echare pa'lante sus opiniones para que la gente las lea. Cuidese mucho....

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