Luis
Fortuño anunció ayer que el engendro criminal del gasoducto no va, que ha
retirado la petición de permisos.
La Vía Verde --- o Tubo de la Muerte --- se convierte así en bandera
blanca de rendición incondicional.
¿Se trata en realidad de una rendición o de una retirada estratégica? ¿Está tratando de salvar su pellejo político,
a ver si reflota sobre las elecciones, para después, sin la presión electoral
volver a la escena del crimen? Lo
que se queda por la casa, en el bolsillo de sus amigotes, son los 54 millones
que les repartió sin dar un tajo en la tierra.
El País
no le cree. Y tiene sobrada razón
para ello. Como quiera que sea, ha
sido derrotado en su propio parque, por el pueblo de Puerto Rico, representado
por la familia Masol y la conciencia ambiental que ellos han creado en Puerto
Rico. Se repite Vieques. “Pueblo unido jamás será vencido”. ¿Recuerdan?
Este no
es el único frente en el que el embustero de palacio está recogiendo
velas. En franca retirada. Enterado de lo que le dicen sus propias
encuestas, ayer anunció también su retirada de su propia trampa
plebiscitaria. Consciente de que
el SÍ va ganar en la papeleta
pebiscitaria, a pesar de sus trampas en la definición de las opciones, se une a
la procesión envolvente que defenderá al ELA, para no salir claramente
maltrecho, y afirma que se puede votar por el SÍ y por el NO a la vez, en una
nueva versión del cinismo crudo de su maestro Pedro Rosselló como católico-protestante. Ahora Fortuño defiende el SÍ y todo lo
contrario, el NO que él y su carnal Marcelo Rubén Berríos habían diseñado para
acabar con el ELA. Pero no
es lo mismo llamar al diablo que verlo venir.
El
culimelón fortuñista demuestra una cosa palmaria: la fuerza nativa, intrínseca, del ELA en la conciencia política
de nuestro pueblo. Algo que el
propio liderato del Partido Popular no ha logrado apreciar ni defender, y que
ha recomendado votar SÍ por una razón aleatoria y no intrínseca, que es la
siguiente: donde quiera que se
ataque, se impugne, se insulte con malos nombres al ELA, sus creyentes tienen
la obligación política y moral de defenderlo en sus méritos, no meramente para desenmascarar
la alianza de Fortuño y Rubén Berríos.
La
retirada del gasoducto, y la retirada del NO como alianza PNP-PIP para derrotar
al ELA, deja a Fortuño a la intemperie como un payaso político, deja a Rubén Berríos
y a Fernando Martín como alicates a última hora despreciados, prescindibles a
la hora de salvar el cuero de Fortuño.
Los supuestos nuevos partidos quedan también en la estacada. Su socio principal en su faena anti-ELA
los ha abandonado.
Estas
dos retiradas valen más que mil encuestas. Fortuño se revuelca en la tierra movediza de la derrota
segura, decide agarrarse a un clavo caliente, sacrificando lo que hasta ayer
era su tabla de salvación: el NO
al ELA. Pero increíblemente ahora
defiende al SÍ también. Tratando
de confundir al País sobre las opciones de status, Fortuño se ha confundido a
sí mismo, y ya no se sabe si va o viene.
A Fortuño le ha ocurrido lo mismo que a Norma
Burgos. Se montó en una bicicleta muy
complicada para él y se cayó, igualito que Norma.
Excelente como siempre Profesor. Es asqueante ver cada dia el entrampamiento que intentan montar el liderato PNP cogiditos de la mano del liderado pipiolo. A Alejandro le recuerdo que el pueblo de PR ha decidido emitir un voto de CONFIANZA. Por favor, no defraudes nuestra buena voluntad.
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