A veces
la verdad se escapa a la percepción directa, y se hace necesario abordarla por analogía. Una imagen bien lograda, decía
Confucio, vale más que mil palabras.
Los griegos llamaban a esa imagen ídolo, espejo reproductor de la Idea.
En los últimos
días de lecturas he tropezado con las primeras líneas de una novela de Benito Pérez
Galdós que mi antiguo profesor de Español 2 de la escuela superior de Bayamón,
el poeta Pedro Juan Labarthe no se cansaba de admirar. Se trata de Misericordia. Su primera línea rebotaba en mi memoria
sin poder fijarla, entre tantas novelas de ese genio de la literatura española. Pero este fin de semana dí con ella, y
me aferro a su utilidad retórica para expresar lo que hoy quiero señalar sobre
Luis Fortuño, un tema tan desagradable como importante.
Dice
Galdós abriendo su exquisita novela:
“Dos caras, como algunas personas, tiene la parroquia de San Sebastián…
dos caras que seguramente son más graciosas que bonitas: con la una mira los
barrios bajos… con la otra, al señorío mercantil de la plaza…” Está definiendo Galdós la duplicidad
moral --- las dos varas posibles --- en la vida de un pueblo, las dos varas que
literalmente, aplica Luis Fortuño a este pueblo crédulo, que de buena fe pensó
que era un hombre serio, honesto y confiable.
Dos
caras: la cara política entendida
como lucha sin cuartel por medios legales o ilegales, morales o inmorales, sin escrúpulos,
donde todo se vale, para mediante imágenes fabricadas --- embustes caros --- emborujar
al pueblo con retratos de monaguillo santurrón que quiere aparentar que lleva
al pueblo en su corazón.
La otra cara la que le vende los
intereses del pueblo al mejor postor, los reclamos de las víctimas de la irresponsabilidad
hospitalaria y médica, para que los perjudicados no puedan reclamar reparación económica
ni expresión pública. Fortuño
personalmente ha defendido esa mordaza y ha violado la ley del servicio público
al extorsionar a los favorecidos con sus actos en horas laborables al son de
$2,500 por cubierto.
Tercera
cara de Fortuño: gasoducto y
expropiaciones --- al son de más de 100 millones --- a favoritos del PNP de
palacio sin cualificaciones profesionales para lo que contratan. Ahí están los Roger Iglesias, los
Medina, los Ray Chacón, los Rivera
Nía, y todos los clientes directos del amiguismo fortuñista, y que el pueblo
pague.
Como decía
Galdós, una cara para los barrios bajos, el pueblo, y otra cara para el “señorío
mercantil”.
Una cara, dos caras, tres caras …
¡Misericordia, es el título de Galdós y el grito del pueblo de Puerto Rico!
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