Propone la Chiquitota que se dé permanencia por ley a todos los
nombramientos temporeros y transitorios que Fortuño ha hecho después de
despedir 20,000 empleados permanentes del servicio público.
Eso es desnudarse en público, delante de la gente, descararse, como
diría el ciudadano común. Todo el
País sabe que los 20,000 botados por Fortuño y Jennifer fueron descaradamente
sustituidos por probatorios --- todos PNP ---, negando en la acción lo que se
defendía de boca, que no había dinero para pagar a los empleados
permanentes. Ahora la Chiquitota
quiere hacer permanentes a los que entraron por la puerta de atrás. No hay escrúpulos, no hay calor en la
cara cuando se propone esa atrocidad moral.
A la Chiquitota le gusta decir que ella se lo gufea todo, que no le
importa hacer el ridículo delante de la gente. Que siga así, que continúe legislando los consejos de su
privado “club incívico” de damas de la Cámara que tan caro le va saliendo a los
contribuyentes del País.
Recuerde el lector, Jennifer no es Jennifer. Jennifer es Fortuño, que ha lanzado este globito de prueba a
ver si el País le permite el cinismo.
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