viernes, 6 de abril de 2012

Romney para Presidente de Galápagos

La última declaración pseudo-dramática de Mitt Romney al tomar la recta final de su nominación como candidato republicano a la presidencia lo constituye sin duda como el candidato ideal para gobernar las Islas Galápagos.  Pues allí, en un estudio que transformó la historia científica del hombre en el contexto de los animales que le  precedieron, Charles Darwin proclamó la teoría de la evolución, que sólo unos cuantos chiflados fundamentalistas niegan.

Según su teoría, los animales y las plantas sobreviven y cambian sus estructuras para adaptarse a los retos del ambiente.  Ese proceso ocurre por selección natural de rasgos exitosos para la sobrevivencia.  En tal confrontamiento de hombre y naturaleza y de todos los animales, y en todos los animales que nos precedieron, sobreviven los más fuertes, los más aptos, sin seguridad de éxito.  El más fuerte que sobrevive no le debe nada a nadie, o como dirían los portavoces de Fortuño:  “Such is life”.

Mitt Romney, aunque un poco tarde, ha descubierto a Darwin y lo ha adoptado como mentor.  Pues acaba de declarar, prometer más bien, que pondrá en efecto una política de “libertad económica”, es decir, del sálvese quien pueda darwiniano.

Esa fue la política --- que es más bien el bandidaje económico más que libertad --- que llevó a los Estados Unidos a la gran depresión de Herbert Hoover, de 1928, y por más de una década subsiguiente.  Es la misma política que ha producido la presente depresión americana y mundial, a nombre de las mismas doctrinas de Adam Smith --- 1776 --- una chabacana adopción del darwinismo social.  ¡Pobre George Bush!  A saber si sabía algo de Darwin.

Adiós a los viejos.  Mala suerte.  Mala suerte a los enfermos impudientes.  Y mala suerte a los estudiantes pobres o de clase media.  Adiós a Medicare, Medicaid, y Seguro Social.  Adiós a la vasta población sin vivienda.  Mala suerte que no puedan competir exitosamente para salvarse, como los animales y las plantas de Galápagos, pero “such is life”.  Eso fue lo que trajo el barco.

¿Volverá el pueblo norteamericano a votar por sus enemigos?  La misma interrogante aplica a Puerto Rico... 

 ¿Volverá el pueblo a votar por su enemigo número uno, el gran embustero de la política puertorriqueña Luis Fortuño?

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