No hay
más que observar el tipo de detractores que le ladran a la probable alcaldesa
de San Juan para notar su obvia conducta de ratas asustadas: Zoé Laboy, procuradora de contratos en
el círculo de adoración de Fortuño y de su “Duce” Mussolinesco Jorge Santini,
se expresa lamentándose de la probable derrota de Carmen Yulín, según ella.
Al País
y a los sanjuaneros nos gustaría que la socia favorita de Ángel Cintrón retara
a Carmen Yulín a un debate sobre San Juan, sobre el servicio público, sobre la
democracia comunitaria y participativa, libre de egos inflados y probablemente
“empolvados”, como dijo el alcalde de Guaynabo, Héctor O’Neill, sobre el
tiranuelo capitalino. Doña Zoé daría
pena en ese debate, mucha más pena que la que ella dice tenerle a Carmen Yulín.
Pero la
cosa no se queda en la contratista de Ángel Cintrón. Todo el club de madamas que Jennifer González financia en la
Cámara con fondos públicos ---el club incívico de damas --- ha salido como
manada a morder a Carmen Yulín.
Albita Rivera le dijo que era una candidata machista. ¿Qué es eso? ¿Será lo contrario de lo que representa el club de madamas? La verdad es que ya Albita está medio
gastada, suena como una lata vacía rodando por la calle.
Al club
de madamas ---legisladoras y contratistas --- se ha unido un madamo, el
dentista Manuel Saldaña, que como instancia de judío converso siente la necesidad
de extremar sus ataques absurdos y bajunos contra Carmen Yulín. El diagnóstico de este caso es muy
interesante. Su furia erótica
contra todo lo que suene a PPD y a García Padilla, proviene de sus
frustraciones al no poder regresar a un alto puesto universitario. Ese resentimiento se complica por lo
que Miguel de Unamuno llamó “la gran enfermedad del alma española”, la
envidia. Recuerde el lector además
el incidente en el Teatro de la Universidad, hace unos años, cuando un empujón,
mientras posaba de guapo napoleónico, le cambió la ideología, de popular
irrelevante a penepé sobrao.
El
dentista está escupiendo hacia arriba, y no se quita, de ahí que sus vitriólicas
monsergas en el periodicucho de Fortuño representan sólo un buche de sangre que
sólo se aliviará con la terapia del olvido.
¡Qué solos se quedan los muertos! Con detractores como estos tendremos Carmen Yulín para rato…
y en la alcaldía de San Juan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario