domingo, 29 de abril de 2012

… y después del 2012, ¿qué?

Parte IV – El Ballet de Tommy y Sammy
He tratado, en los mensajes de esta semana, explorar con el lector las condiciones indispensables para que el nuevo gobierno de enero en adelante se gane la confianza del País en la misión  de rescate de todo en Puerto Rico:  la seguridad del ciudadano, la educación de los niños y jóvenes, la atención al enfermo, al envejeciente, al pobre, al desempleado, y la integridad del ambiente y del sentido cultural propio del puertorriqueño.

He postulado que tal transformación exige una especial capacidad intelectual y moral para trascender el partidismo, la reelección, el patronazgo de premios a los míos --- aunque no tengan méritos --- y castigos a los otros, aunque los tengan.

Se trata del carácter, de la potencia para la grandeza de alma --- como lo tuvo la generación que educó a Puerto Rico de 1941 a 1969.  No se trata, pues, de nada recóndito, ni se trata de cuadrar el círculo.  Se trata de la mezcla de inteligencia y carácter, que proveen el valor para actuar al margen de las pasiones.
¿Cree el lector que las críticas a los seis miembros del Tribunal Supremo nombrados por Fortuño y Rivera Schatz se basan en que son feligreses activos del PNP?  No, se basa en su falta de carácter y profesionalismo, en su mediocridad como juristas, en su alegre disposición de poner en ridículo al Tribunal ante no solo la opinión pública general, sino ante sus pares de la profesión, para los que son un motivo de vergüenza.

Justo en el momento en que he querido sentar las indispensables expectativas y condiciones para una administración pública a partir de enero, se me impone, como a todo el País, la obscenidad política que los más altos funcionarios ejecutivos y legislativos exhiben frente País.

Al humanoide Rivera Schatz no le basta haber defendido la corrupción de Héctor Martínez, antes de ayer, o la de Edgar Santana, ayer, sino que hoy le impone al País la decisión de nombrar a Roger Iglesias  diz que para investigar “irregularidades” o “ilegalidades” del Juez Presidente, habiendo ya la Contralora de Puerto Rico ---  pasiva e inerte, por lo demás --- declarado taxativamente que no hay tales violaciones en la Administración de los Tribunales ni en el Tribunal mismo.  La indecencia no para ahí:  Tommy Rivera Schatz, como dueño y señor de Corrección, jefe político de los presos, desde Coquito y Héctor Martínez, apadrina a su colector de fondos personales y partidistas, un tal Sammy Jackson, para dirigir el aparato correctivo de guardias penales, con un record criminal a cuestas que no lo salta un cabro.

Tomas Rivera Shatz es un estorbo público, corrupto y padrino de corruptos hasta el tuétano, y Luis Fortuño, falto de babilla y de carácter, contempla todo ese estercolero como un observador curioso.  Porque más allá del dinero para amontonar él y sus amigotes, el País, el pueblo y  la moral pública, le resbalan. 

Yo pido la previa.  Que se vote ya, para poder botarlo con su pandilla de pilletes.

1 comentario:

  1. Empecé a leer el libro Reign of Error-The Hoax of the Privatization Movement and the Danger to America's Public Schools de Diane Ravitch. Me parece interesante y muy relevante a los problemas que se hablan aquí. Si lo conoce, creo sería bueno mencionarlo o reseñarlo de alguna forma en el programa. Adelante con su análisis y opiniones, mucha falta que hacen.

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