miércoles, 25 de abril de 2012

... y después del 2012, ¿qué?

Parte I – Las Instituciones

Le respondo a una dama seguidora de mi espacio en Twitter, que me pregunta si yo creo que al ganar el PPD, Puerto Rico podrá salir de lo que se avecina.

La respuesta es compleja.  En primer lugar, en términos de tiempo.  La transformación, la rehabilitación no podrá ser de inmediato, la destrucción es mucha.  Pero si se contempla todo un cuatrienio, se puede reequilibrar nuestra vida cívica y pública en términos de un compromiso con la verdad y la justicia para todos y no para unos pocos.  Porque en realidad, los gobiernos PNP de Rosselló y Fortuño nos han devuelto al régimen republicano de los años 30 del pasado siglo.  Aquellos depredadores se llamaban “colmillús”.  Estos se llaman Guaynabitos, aunque no todos vivan en Guaynabo.

En segundo lugar hay que distinguir la legislación y la administración ordinarias de la legislación institucional.  Lo que ha hecho Fortuño es destruir la autonomía moral y administrativa de las instituciones, para convertirlas en colgadizos bochornosos del PNP.  El Tribunal Supremo, la Universidad, el Colegio de Abogados, el Fideicomiso del Caño, la Administración de Comunidades Especiales.  El PPD es el autor histórico de esas instituciones que limitaban el poder partidista directo en las decisiones más importantes que afectaban la vida del País, tales como la Junta de Planificación, el Negociado del Presupuesto, la Universidad de Puerto Rico, la Oficina de Personal para garantizar el principio del mérito en el servicio público, la Junta de Relaciones del Trabajo, entre otras.

Cuando se dice en forma ignorante y simplona que todos los partidos y todas las administraciones han sido corruptas y politiqueras, además de confesar la propia corrupción, se ignora la historia.  No existe tal equivalencia.  Esa teoría es un refugio de personas sorprendidas “in fraganti delito” robándose el País.

Esa construcción sistemática, de 1941 en adelante --- especialmente hasta 1968, Muñoz y Sánchez Vilella --- de una estructura racional del estado puertorriqueño  resulta enojosa, porque es un obstáculo al fascismo totalitario de Fortuño.  De ahí la necesidad de intervenirlas llenando sus cuadros de personeros suyos.

No pertenezco al PPD, ni él a mí.  He pensado, escrito y actuado de manera independiente desde que me conozco.  Pero al César lo que es del César…

Mañana abordaré otro aspecto de esa restructuración de Puerto Rico que es el reto del PPD para el 2 de enero del 2013.  Soy de opinión de que esa restructuración es enteramente posible, con sólo asumir el nuevo gobernante el liderato del País y no de un partido político. Porque Fortuño no ha sido capaz de trascender el partidismo crudo.


-- Parte II -- Política y Liderato

1 comentario:

  1. Profesor:
    Muchas gracias por responder a mi pregunta. Lo que nos queda es que el pueblo analice lo que le conviene en realidad para el futuro y que los candidatos electos sean verdaderos servidores públicos,donde el país sea lo primero. Sobretodo que el principio al mérito regrese y tengamos un mejor país.

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