Sencillo:
Fortuño no posee una mente honesta.
Su carácter pinta de cuerpo entero lo que Luis Muñoz Marín llamó en sus
Memorias, “el jaiba, el listo”, y que mi viejo llamaba el “tunante”.
Piense
el lector. En la historia de los
gobiernos de Occidente, de Grecia hacia acá, lo más natural del mundo es que
los gobernantes mandones y fascistas y los comunistas, tanto como los caudillos
latinoamericanos, le supriman al pueblo sus derechos de expresión y de protesta
en el nuevo Código Penal --- mandado a hacer a su medida ---, y los de una
efectiva participación democrática en seleccionar sus representantes y luego
juzgarlos en sus ejecutorias, buenas o malas. “El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe
absolutamente”, dijo Lord Acton.
Fortuño
hizo en el 2008 una campaña pro expresión democrática, de corte populista. Y luego ha hecho una administración
fascista, destruyendo instituciones y programas de larga ejecutoria civilista y
comunitaria, para concentrar todo el poder social en sus manos y en la
programación partidista corrupta que él mismo preside.
Para el
pueblo, dos embustes: Uno, la
falsa reforma legislativa, que reduce el número de legisladores, pero deja
intacta su conducta corrupta. A
los que se recortan se le darán jugosos contratos, sin tener que trabajar ni
rendir cuentas al pueblo.
Dos, para el pueblo en general, ante su
fracaso evidente en controlar el crimen, quitarle derechos al pueblo, como el
de la fianza, acompañada por una campaña mendaz, patética, contra todos los
hechos conocidos.
Si el
lector quiere confirmar este aserto, busque y lea la excelente columna escrita
por el exfiscal César López Cintrón el pasado miércoles en El Nuevo Día sobre
los argumentos fatulos de Fortuño para negarle a los ciudadanos su libertad
bajo fianza y su derecho a la presunción de inocencia. De hecho, Fortuño se burla de los
pobres alegando que van a economizar mucho dinero mientras están presos sin
fianza porque no tienen que utilizar sus pequeñas propiedades para satisfacer
las fianzas.
La bola
está en el canasto del pueblo: si
quiere él mismo quitarse sus derechos de expresión y protesta para hacerle la
vida más cómoda al pichón de tirano que lo traiciona.
Que un tiranuelo le quite derechos al pueblo ha ocurrido mil veces en la historia. Pero que el pueblo mismo se quite sus derechos con sus votos, habría que regresar a la Alemania de Hitler en 1933 para encontrar cosa igual.
Que un tiranuelo le quite derechos al pueblo ha ocurrido mil veces en la historia. Pero que el pueblo mismo se quite sus derechos con sus votos, habría que regresar a la Alemania de Hitler en 1933 para encontrar cosa igual.
Por
tanto, por la presunción de inocencia y por una representación suficiente en la
legislatura --- que luego habrá que reformarla de verdad --- Votemos NO en ambas consultas
el 19 de agosto --- ¡NO a los
dictadorcitos de lata!
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